Esta localidad aragonesa cuenta con un interesante patrimonio arquitectónico, desde su fortaleza a su antigua colegiata, pasando por su ayuntamiento del siglo XVI y el edificio de la lonja.
Las aguas del río Guadalope serpentea por el Bajo Aragón y rodea en uno de sus meandros a la capital de la comarca: Alcañiz. Este pueblo de la provincia de Teruel acoge impresionantes edificios históricos, empezando por su castillo que domina la villa desde las alturas y que a día de hoy acoge uno de los 97 Paradores de Turismo que hay en España.
Con un paseo por su casco histórico iremos descubriendo otros interesantes rincones, desde majestuosos templos religiosos hasta coquetas plazas, pasando por vestigios medievales en las profundidades de la localidad.
La historia de la villa
"Una de las primeras menciones que encontramos de Alcañiz corresponde al periodo que va entre la primera conquista de Alfonso I en 1117, y la definitiva de Ramón Berenguer IV en 1157. Se trata del Cantar de Mio Cid", señalan desde el ayuntamiento del pueblo. Más adelante, el 1179, Alfonso II concedió el castillo de la villa, además de un amplio territorio, a la Orden de Calatrava, algo que ocasionó conflictos constantes entre estos y la propia población.
La expulsión de los moriscos en 1609, la guerra con Cataluña en 1640 y la guerra con los franceses en el siglo XIX fueron duros golpes para Alcañiz. Igualmente, durante la Guerra Civil, la villa fue duramente bombardeada por aviones italianos, causando muerte y destrucción. Con el paso del tiempo, la localidad se fue ya consolidado como un núcleo más moderno
El imponente castillo calatravo
Uno de los edificios más destacados de Alcañiz es su imponente castillo situado en lo alto de la loma llamada Pui Pinos. Esta fortaleza medieval ya existía en época islámica, y es que su ubicación estratégica lo convertía en un punto muy importante para la defensa del territorio. Posteriormente, la Orden de Calatrava lo amplió y rodeó con murallas.
El edificio ha cumplido varias funciones a lo largo del tiempo, y es que además de castillo ha sido palacio, cárcel, cuartel, cementerio y residencia. De hecho, a día de hoy es un hotel, concretamente el Parador de Alcañiz, que combina a la perfección la arquitectura medieval y la barroca. Destaca un gran claustro del siglo XIV, la Torre del Homenaje, la la capilla y las preciosas pinturas góticas del interior.
Qué ver en Alcañiz
Después de conocer el castillo de Alcañiz, podemos seguir paseando por el casco antiguo de la villa. Una parada imprescindible es la Plaza de España, donde se ubica el ayuntamiento del siglo XVI y la lonja, el antiguo mercado público durante la Edad Media. Otro punto relevante se esconde allí mismo en la oficina de turismo, y es que "sus bajos albergan una serie de pasadizos medievales que testimonian la importancia de que tuvo esta ciudad durante la Edad Media", explican desde Turismo de Aragón. Estos se utilizaban para guardar nieve y conservar alimentos y medicinas.
Por otro lado, también cabe destacar el patrimonio religioso del pueblo. La majestuosa ex-colegiata de Santa María se alza sobre el horizonte de Alcañiz con un estilo barroco y una monumental fachada. Otros templos que merece la pena visitar son las iglesias de los Escolapios, del Carmen y de San Francisco.
Cómo llegar a Alcañiz
El trayecto en coche desde la ciudad de Teruel hasta Alcañiz es de alrededor de 1 hora por la N-420 y la N-211. Desde Zaragoza es de 1 hora y 30 minutos por la N-232.
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