En opinión de la dirección de Génova, Sánchez no ha condenado de forma rotunda el ataque de Irán contra Israel y la escalada de tensión en Oriento Próximo. Al menos no desde el principio. En primera instancia, y nada más trascender el lanzamiento de misiles y drones contra terreno israelí el pasado sábado, el jefe del Ejecutivo se había limitado a expresar su "preocupación" y llamaba a evitar una "escalada internacional", en contraposición con los duros mensajes de buena parte la comunidad internacional. No fue hasta la mañana siguiente que Sánchez elevó el tono de su condena y cargó contra el régimen de Irán por "atentar contra el bienestar de civiles inocentes".
Los matices en el discurso de Sánchez, enfrascado en el reconocimiento del Estado de Palestina, han soliviantado a la dirección de Génova, que acusan al presidente del Gobierno de ser "equidistante" con el "terror" de Hamás y con "dictaduras" como la de Irán frente a una "democracia" como Israel. "La pregunta es de qué lado está el Gobierno de España. La política exterior es de tal envergadura que España merece un estadista, y no un propagandista", censuró el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, durante una rueda de prensa en la sede nacional del partido.
En este punto, el dirigente ha exigido que, ante un momento "clave" en política exterior, el presidente del Gobierno o su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, levanten el teléfono e informen sobre el asunto al primer partido de la oposición. Por el momento, no se ha producido ese contacto, y en el equipo de Alberto Núñez Feijóo aclaran que ellos no tomarán la iniciativa, ya que entienden que se trata de una prerrogativa de la Moncloa. "El Gobierno de España está jugando al solitario en política internacional", censuraba Sémper.
Los populares censuran que Sánchez haya priorizado en este asunto su "gira internacional" sobre el reconocimiento del estado palestino que mirar hacia dentro de su propio Gobierno y "hacer una gira por sus ministerios para exigir que condenen la violencia, provenga de donde provenga". Alberto Núñez Feijóo sí condenó el pasado domingo el ataque del régimen iraní a Israel, "sin matices ni tibieza". "No hay espacio para la vacilación. España debe estar al lado de sus aliados", sostuvo el líder popular, censurando también la actitud de Sánchez ante el nuevo conflicto.
La escalada de la tensión en Oriente Próximo y la reacción de los principales líderes políticos coinciden con un intenso ciclo electoral en España, cuya primera parada serán las elecciones en País Vasco este domingo 21 de abril. Feijóo se volcará esta última semana en Euskadi y mantendrá un calendario constante también en Cataluña, con una campaña enfocada en ubicar al PSOE como culpable de "encumbrar" tanto a EH Bildu como a Junts. El objetivo que se han marcado tanto en uno como en otro territorio es claro: no solo mejorar el número de escaños, sino también ser "influyentes" de cara a la formación de Gobierno.
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