Los nuevos terroristas ya no se esconden en cuevas, ahora publican selfies alardeando frente a sus víctimas.
El operativo se constituyó sobre dos pilares: mientras que un grupo se disponía a cercar la ciudad de Irak, otro equipo se dirigía a la Universidad de Mosul, una de las más importantes del país; los terroristas irrumpieron en sus instalaciones y secuestraron a los mejores alumnos y profesores de la facultad de Comunicación.
El chantaje era muy simple, o trabajas para nosotros, o te degollamos aquí mismo. Así, se hicieron con las herramientas tecnológicas más actualizadas. Robaron cámaras de vídeo, equipos de sonido, ordenadores y todo tipo de material audiovisual. Desalojaron las aulas y se llevaron el arsenal en furgonetas hacia zonas escondidas detrás de las montañas. Allí montaron su propio Silicon Valley, un Ministerio de Comunicación llamado Diwan of Media, articulado con un despliegue de medios al estilo Warner Bros o BBC. Crearon, en cuestión de meses, más plataformas de las que disponen muchos de los medios de comunicación europeos. Los terroristas del Daesh contaban con:
1) Una agencia de noticias llamada Amaaq, destinada a la propagación de información en múltiples soportes.
2) Varias productoras audiovisuales como Al Furqan y Al Hayat Media Center, y hasta una treintena de productoras regionales, para diversificar y segmentar la producción.
3) Productoras musicales como Ajnad, dedicada a la creación de hits musicales y videoclips.
4) Emisoras de radio como Al Bayan.
5) Una agencia de propaganda y divulgación institucional llamada Maktaba al Hama.
6) Revistas en varios idiomas. En árabe (Al Nabá), dos en inglés (Dabiq y Rumiyah) una en francés (Dar al Islam), otra en turco (Konstantiniyye) y hasta una versión en ruso (Istok).
7) Por supuesto, una página web oficial, Isdarat. "Tenemos que hacer llegar nuestro mensaje a las masas… esta es una batalla independiente que debemos de llevar a cabo en paralelo a la batalla militar
Bin Laden vio la importancia de "la guerra mediática"
Al tiempo, los líderes fundamentalistas se percataron del enganche juvenil a los videojuegos, así que no tardaron en crear su propio Call of Duty, llamado, literalmente, Call of Jihad.
Además de esta exhibición de poderío técnico, se popularizaron influencers y youtubers dedicados a propagar vídeos con consejos para crear artefactos explosivos, técnicas de combate, o simplemente para difundir los ideales yihadistas a través de sus redes sociales. Y también se valían de las plataformas occidentales, de hecho, era habitual colarse en hashtags y trending topic para asegurarse una mayor difusión de su línea editorial.
"Tenemos que hacer llegar nuestro mensaje a las masas… esta es una batalla independiente que debemos de llevar a cabo en paralelo a la batalla militar", dijo Al Zawahiri
En cada campaña de comunicación del Daesh, por ejemplo, se creaban una media de 340 cuentas en Twitter que emitían más de 750 mensajes. Se estima que la media de los impactos directos de sus tuits alcanzaba las 100.000 personas. "Tenemos que hacer llegar nuestro mensaje a las masas… esta es una batalla independiente que debemos de llevar a cabo en paralelo a la batalla militar
Montar semejante articulación mediática respondía a una clara estrategia, que había comenzado ya en los años 90 con Al Qaeda. La relevancia de la comunicación quedaba reflejada en las palabras de Ayman Al Zawahiri, sucesor de Bin Laden: "Tenemos que hacer llegar nuestro mensaje a las masas… esta es una batalla independiente que debemos de llevar a cabo en paralelo a la batalla militar". Se forjaba, entonces, la narrativa transmedia. El propio Bin Laden lo explicaba antes del 11-S: "En este siglo la guerra mediática es uno de los métodos más potentes, de hecho, puede alcanzar un ratio del 90% del total de la preparación para nuestras batallas".
Música para propagar el fundamentalismo
La música es un instrumento de enorme fuerza y calado. Así como se nos inmiscuyen temas de pop y reguetón como pensamientos intrusivos, lo mismo ocurre en la mente de simpatizantes con canciones extremistas. El doctor en Criminología e investigador Christian Moreno, destacaba la importancia de la producción musical para la captación yihadista, por ejemplo, a través de los nasheed,