Marlene Engelhorn tiene poco más de 30 años, es heredera de la fortuna milmillonaria de la multinacional BASF y, al igual que un nutrido ramillete de superricos de distintas procedencias, se plantó en enero en el Foro de Davos pidiendo a los líderes políticos pagar más impuestos para combatir la desigualdad. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sugirió diseñar una tasa temporal a las rentas más altas para financiar los costes de la pandemia. Brasil, que ocupa la presidencia temporal del G20, aspira a cerrar este verano una declaración conjunta sobre un tributo mínimo a los más acaudalados. Y la mayor economía del mundo, EE UU, donde las subidas fiscales no suelen ser bienvenidas, acaba de proponer que se grave más a los mayores patrimonios. ¿Mera coincidencia o el inicio de una revolución fiscal para que los más ricos del globo tributen más?
Seguir leyendo
http://dlvr.it/T4BMqY
Seguir leyendo
http://dlvr.it/T4BMqY