La inflación de los alimentos cae al 5,3% en febrero y alcanza su nivel más bajo en dos años


         La inflación de los alimentos cae al 5,3% en febrero y alcanza su nivel más bajo en dos años

El INE confirma que los precios del consumo en general subieron un 2,8% el mes pasado.

Hacer la compra en febrero de 2024 fue todavía un 5,3% más caro que el mismo mes del año pasado. Pese a que la subida en el precio de los alimentos todavía fue notable, la inflación alimentaria se redujo a su nivel más bajo en dos años y rompió con una tendencia de dos meses en los que parecía que la cesta de la compra se había estancado en subidas de entorno al 7% interanual.

Así lo ha comunicado este jueves el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha confirmado que la inflación general se situó en el 2,8% el mes pasado. El descenso respecto a enero es de seis décimas y ha sido posible gracias al abaratamiento de la cesta de la compra y a la caída en el precio de la electricidad, que el mes pasado fue un 7,7% más barata que en febrero de 2023. En cambio, la bajada de la inflación se vio frenada por la subida en el precio de los carburantes, que repuntaron un 0,9% en términos interanuales tras haber registrado una bajada cercana al 5% en enero.

El ligero alivio en la cesta de la compra ha sido posible gracias a la bajada de precio de las legumbres, las hortalizas y la carne. También ha contribuido que los precios de productos como la fruta, el pan, el agua mineral, los refrescos o los zumos de frutas hayan subido más despacio en febrero de 2024 que en 2023.

La subida de precios en la cesta de la compra sigue siendo elevada para lo que estábamos acostumbrados antes de la crisis inflacionaria que se desató a mediados de 2021, pero los precios poco a poco se van normalizando. De los 55 grupos de alimentos cuyo precio mide el INE, dos de cada tres registraban todavía subidas de precio superiores al 2%. La buena noticia es que la inflación interanual solo ha aumentado en ocho de ellos, el resto han registrado bajadas.

El caso más llamativo sigue siendo la del aceite de oliva, que en febrero costaba un 67% más que el mismo mes del año anterior. El aceite de oliva vale ahora el doble que hace solo 17 meses y su precio se sigue acelerando mes a mes sin que haya un horizonte claro en el que se pueda adivinar alguna bajada. El aceite lleva doce meses seguidos subiendo de precio en comparación con el mes anterior.

Otros productos que todavía son considerablemente más caros que hace solo un año son los zumos de frutas —que cuestan un 19% más—; las patatas (12%); la carne de cerdo (11%); las confiterías (11%); el chocolate (10%) o la fruta fresca (9,1%). En el otro lado del espectro, empieza a haber algunos alimentos que han bajado de precio respecto al año anterior. Hablamos, por ejemplo, del aceite de girasol (-25%), la pizza (-4,3%), la mantequilla (-3,5%), las legumbres y hortalizas frescas (-2,7%) o la leche desnatada (-2,1%).

La inflación subyacente baja despacio

En lo que respecta a la inflación subyacente —la que mide la evolución de los precios sin tener en cuenta a los alimentos elaborados ni la energía— se situó en febrero en el 3,5% interanual, apenas una décima por debajo del nivel de enero. Esta métrica es especialmente interesante porque refleja cómo evolucionan los precios de los bienes y servicios que suelen ser más estables. Da una imagen de hasta qué punto la inflación se ha extendido por la cesta de consumo. Por ello, es uno de los indicadores a los que más atención presta el Banco Central Europeo (BCE) a la hora de tomar sus decisiones con los tipos de interés.

Otro de los indicadores que más miran los banqueros centrales en este momento es la inflación de los servicios, que repuntó tres décimas en febrero hasta situarse en el 3,9%. La evolución del precio de los servicios va muy vinculada a la de los salarios, de ahí que el BCE esté tan pendiente de cómo evolucionan.

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