Ictus, la enfermedad que padece José Luis Gil: así es como se detecta y se trata
PorMarketing Social Media-
Las enfermedades cardiovasculares son actualmente la primera causa de muerte en el mundo entero. Entre ellas, una de las más graves es el accidente cerebrovascular o ictus, que no sólo puede ser letal sino que puede provocar un compromiso neurológico y funcional importante.
Las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en España. Una de sus manifestaciones más letales e incapacitantes es el accidente cerebrovascular o ictus, que muchas veces puede dar lugar a complicaciones neurológicas y funcionales importantes.
Esto le sucedió hace más de dos años al actor José Luis Gil, cuya hija Irene ha explicado en redes sociales cómo avanza su recuperación: "Aquí seguimos, sosteniendo su mano, toda la familia", ha dicho.
¿Qué es y por qué se produce?
Según explica la Clínica Mayo estadounidense, el ictus un accidente circulatorio en el que un problema con el flujo sanguíneo en el cerebro provoca daños en partes de tejido. Constituye la principal enfermedad cardiovascular, junto con la enfermedad de las arterias coronarias.
Aparece por dos causas principales: por una parte, el bloqueo de una arteria (ictus isquémico) y, por otra, la ruptura de un vaso sanguíneo, que provoca la salida de sangre (derrame cerebral o ictus hemorrágico). Cabe apuntar que muchas personas sólo presentan una interrupción temporal del flujo sanguíneo que sin síntomas ni complicaciones duraderas, en lo que se llama ataque isquémico transitorio.
Los factores principales de riesgo, por tanto, son los comunes a las demás enfermedades cardiovasculares: sobrepeso, obesidad, inactividad física, consumo excesivo de alcohol, uso de determinadas drogas ilegales como la cocaína o la metanfetamina, la hipertensión arterial, el consumo de tabaco, los niveles excesivamente elevados de colesterol, la diabetes, la apnea obstructiva del sueño, haber padecido otras enfermedades cardiovasculares, los antecedentes familiares y ciertas infecciones, como la covid-19.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas, similares en ambas clases tipos de ictus, están muy relacionados con la parte del cerebro en la que se produce el daño. Así, es frecuente que aparezca pérdida brusca de la fuerza o la sensibilidad en un lado del cuerpo, de la visión en un ojo o de la estabilidad. También es común la pérdida de la capacidad para hablar o para entender lo que dicen otras personas, y más raramente los dolores intensos de cabeza.
¿Cómo se trata?
Ante la aparición de síntomas preocupantes es vital acudir inmediatamente a emergencias de manera que el paciente sea atendido lo antes posible, evitando el daño cerebral en la medida de lo posible.
Una vez en manos de los profesionales, el tratamiento va a depender del tipo de ictus. Si es isquémico, será preciso reestablecer el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede lograrse mediante medicamentos intravenosos de emergencia o con procedimientos endovasculares (quirúrgicos) de emergencia. Posteriormente, pueden llevarse a cabo otras intervenciones, como la colocación de estents, para evitar que el accidente se repita en el futuro.
Si es hemorrágico, es posible administrar medicamentos con diversos objetivos (coagulantes si existe un problema de este tipo, o para reducir la presión intracraneal, anticonvulsivos...) y cirugías para extraer el exceso de líquido de la cavidad intracraneal.
Aún y con todo, dependiendo de las características particulares de cada caso, es posible que queden secuelas que se prolonguen en el tiempo o incluso permanentes. Estas complicaciones pueden manejarse mediante programas de rehabilitación, destinados principalmente a restaurar la movilidad y la sensibilidad perdidas o la capacidad del habla en aquellos pacientes en los que se haya visto dañada.