En esta villa histórica, cristianos, musulmanes y judíos han dejado sus huellas, marcando por completo su entramado urbano. Su bonita arquitectura y los encantadores paisajes de alrededor hacen de esta localidad un destino perfecto para una escapada rural.
La comarca de Los Serranos, en la provincia de Valencia, acoge un encantador pueblo de tradiciones intactas, paisajes fluviales y gran belleza arquitectónica. La localidad de Chelva, que nos transporta a la Edad Media con un paseo por sus estrechas calles, se divide en cuatro barrios bien diferenciados, entre los que destaca su precioso barrio andalusí de casas encaladas.
Además de conocer todos los rincones de la villa, merece la pena adentrarse en la naturaleza que la rodea. Una buena opción para ello es la Ruta del Agua de Chelva, que nos conduce a través de túneles escondidos y cascadas.
Chelva y sus barrios históricos
El pueblo de Chelva fue un auténtico cruce de culturas. Hasta el siglo XVII, convivieron aquí judíos, musulmanes y cristianos, cuyas huellas todavía se pueden apreciar a día de hoy. De hecho, en la villa podremos pasear por cuatro barrios diferenciados donde habitaron los miembros de dichas religiones.
El barrio de Benacacira "es la antigua medina musulmana de los siglos XI y XII, conservando hoy en día el trazado intacto de su trama urbana", explican desde Turismo de Chelva. Sus bonitas casas encaladas, callejones sin salida y soportales nos invitan a perdernos por este laberinto de aire andalusí.
Por otro lado, está el barrio judío Azoque, donde todavía sobrevive intacta la estructura de la aljama medieval. El barrio cristiano de las Ollerías se fue desarrollando a lo largo del siglo XIV con una estructura más ordenada y amplia que los anteriores. Este debe su nombre a los hornos de producción cerámica que estaban instalados en sus calles. Finalmente, está el barrio mudéjar-morisco Arrabal, creado a partir del siglo XIV en las afueras de la villa amurallada. En este caso también conserva el trazado original, así como elementos históricos como el portal del Azoque, su puerta de entrada.
Qué ver en el pueblo
Además de pasear por sus barrios históricos, los visitantes podrán descubrir en Chelva gran cantidad de edificios y monumentos de enorme valor. La iglesia arciprestal Nuestra Señora de los Ángeles "está considerada una de las mejores obras del barroco valenciano", señalan. Este templo religioso empezó a construirse en 1626 y sus obras se extendieron por 80 años. Destaca su fachada de estilo manierista, la decoración barroca interior, la gran cúpula y el campanario de casi 60 metros de altura.
Otros puntos de interés son el Palacio Vizcondal, que data de finales del siglo XIV y es donde residía el Vizconde de Chelva; las ermitas de Nuestra Señora de los Desamparados y de Nuestra Señora de la Soledad, y el Consejo de la Villa, el edificio de estilo renacentista que albergó el primer ayuntamiento del pueblo.
La Ruta del Agua
La naturaleza que rodea Chelva es parte de su enorme atractivo, de hecho una de las actividades turísticas más populares del pueblo es la Ruta del Agua, un recorrido que parte de la villa y nos conduce a través de preciosos paisajes fluviales. Este itinerario circular tiene aproximadamente dos horas de duración y es perfecto para hacer en familia.
A lo largo de esta ruta encontramos el área recreativa de Molino Puerto, donde descansar en una zona de pícnic y juegos infantiles; el túnel de Olinches, excavado en la montaña; la zona de la Playeta y sus cascadas, y puentes de piedra que atraviesan el río.
Cómo llegar a Chelva
El trayecto en coche desde la ciudad de Valencia hasta Chelva es de aproximadamente 1 hora por la CV-35.
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