El PSC ocupa la centralidad, pero necesitará una abstención para que Illa sea 'president'

El PSC ocupa la centralidad, pero necesitará una abstención para que Illa sea 'president'

El PSC no solo arranca la campaña electoral en Cataluña como favorito de las encuestas, que le dan entre 40 y 43 diputados, sino que la apuesta de Salvador Illa es ocupar la centralidad del tablero político para poder pescar votos en todo el arco político. Pero no será suficiente. Con los sondeos en la mano, el líder socialista en la región precisará de que algún grupo se abstenga para poder conseguir que salga investido 'president' en el Parlament, todavía más fragmentado que el actual.

ERC y JxCAT, que son los otros partidos que van a la zaga del PSC, ya han anunciado que no pactarán con los socialistas. Aunque lo mismo pasó hace tres años y luego Pere Aragonès acabó pactando con ellos un presupuesto. De hecho dos, pero el último no salió por falta de acuerdo con los comunes. La situación es la misma que en 2021. De partida, todos contra el PSC.

El problema no es que el secretario general de Junts, Jordi Turull califique a Illa de “gobernador civil”, ni que la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, acuse al PSC de “ser la marca blanca del independentismo”. Ese tipo de discursos sitúa a los socialistas en el centro del tablero político y le puede permitir captar votos en todas las direcciones e ideologías. ERC asegura que está negociando un referéndum. Desde la calle Pallars lo niegan pero sin grandes aspavientos. De puertas adentro solo les sorprende porque se había pactado que únicamente se harían públicos los puntos en que había acuerdo. Y en la consulta pactada no hay acuerdo.

Luego hay que conseguir la investidura. Y ahí es donde la situación se complica. Aunque En Comú Podem pueda mantener los ocho diputados actuales, el PSC necesitará del apoyo de alguna de las fuerzas independentistas para llegar a la presidencia, aunque sea por pasiva. Una de las alternativas es una abstención.

Esteban Hernández

El discurso de Illa está muy centrado en la gestión, ofreciéndose como una alternativa para mejorar el día a día de los ciudadanos. Se pone el énfasis en cuestiones como la sequía o la educación, dos de los puntos débiles del Ejecutivo de Aragonès. Ahora, con el estallido en las prisiones, la situación se complica aún más en ese frente para el gabinete de ERC. Está tan centrado en la gestión, que Puigdemont desde Elna casi ignoró al socialismo catalán, más allá de un comentario despectivo sobre la "agenda del reencuentro" y cómo durante esos años se había incumplido de manera sistemática los compromisos de inversión del Estado en Cataluña.

El propio Pedro Sánchez en su visita a Barcelona este fin de semana, para respaldar a Salvador Illa, se mostró conciliador. Se trata de hacer una campaña que no resulte demasiado agresiva para luego poder llegar a los pactos postelectorales que necesita el PSC en este viraje.

Pasar página

La idea de un Illa 'president' se basa en que solo la presidencia del PSC puede servir para hacer borrón y cuenta nueva con el 'procés'. También que legitima el proyecto más arriesgado de Sánchez: la ley de amnistía. El socialismo catalán juega la carta de una Cataluña que se mira en el espejo y no se gusta durante los años del 'procés'. El punto débil es que el tono revanchista de Puigdemont en Elna no respalda que dicha estrategia de tender puentes haya sido un éxito.

El PSC sabe que los catalanes no se gustan reflejados en el espejo del procés

Illa es un socialdemócrata clásico. Más bien conservador y de correr pocos riesgos. Es el único de los candidatos que tiene una foto con el papa Francisco, con quien se reunió el pasado 7 de marzo en audiencia en El Vaticano. Aragonès, por ejemplo, está presionando al PSC para que le apoyen en su propuesta de cupo a la catalana. Pero el socialismo catalán, como el español, no compra el proyecto. La alternativa es una reforma del sistema de financiación actual que permita a Cataluña disponer de entre 3.000 o 4.000 millones, aunque nunca han puesto una cifra porque las conversaciones multilaterales con otras comunidades autónomas no han empezado.

Oposición

Al PSC de Illa se le ha dado bien el apoyo institucional a Aragonès. Lo hizo en los presupuestos, en la renovación de los órganos de la Generalitat, o en el tema del catalán en la escuela. Se ha enviado al votante una imagen de responsabilidad. El socialismo se ha mostrado como un socio fiable.

Antonio Fernández. Barcelona

Otra cosa ha sido el papel de Salvador Illa como líder de la oposición. Aquí su rol ha quedado más deslucido. JxCAT ha sido mucho más combativo con Aragonès, incluso cuando estaban en la Generalitat. Y Alejandro Fernández, del PP, se ha erigido como el parlamentario más incisivo. Pero tal vez es el precio de haber ocupado el centro del espacio político: puedes pactar con todos y pescar votantes en todos los caladeros, incluyendo en los del PP. Desde el principio quedó claro que el PSC quería a Illa como candidato. El resto de los partidos ha tenido problemas con esta cuestión. Y algunas formaciones como la CUP o los populares no lo han resuelto a las puertas de las elecciones. Eso también explica la ventaja del PSC en las encuestas.



{getToc} $title={Tabla de Contenidos}

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto