Los hombres y mujeres son (somos) animales de compañía, como aquel mítico pulpo que protagonizaba un anuncio en los años 90. Si algo caracteriza a los seres humanos es la socialización. En esa interacción con los demás, el trato y la proximidad con otras personas resulta fundamental para vivir en sociedad. Ayudarse, colaborar, participar con la comunidad, echar una mano, compartir conocimientos y experiencias, trabajar en equipo, poner en marcha proyectos personales y profesionales, estar al lado de quienes lo necesitan… Todas estas son acciones propias de la especie humana. Porque la única forma de vivir y de avanzar como sociedad es aportar lo mejor de uno mismo y apoyarse entre todos. Una cosa está clara: siempre es posible avanzar si hay alguien cerca cuando se le necesita.
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