En la Plaza de España de Benalmádena hay una niña desnuda. Es la sobrina de Manolo 'El Petaca', un pescador que a finales de los 60 cedió la imagen de la niña para una estatua que, con el paso de los años, se ha convertido en uno de los símbolos de este pueblo costero de Málaga.
Es una obra del escultor Jaime Pimentel con la que quiso representar la abundancia de niños en el pueblo, cuyas familias habían sido atraídas desde el interior de Andalucía por los cantos de sirena del desarrollismo. Se trata de una pieza de bronce de poco más de un metro que muestra a una niña con una concha llena de agua y que representa, según los documentos de la época, "la bienvenida, amistad y la confraternidad que la comunidad benalmadense ofrece a todos sus visitantes".
Cincuenta años después, los vecinos han interiorizado el símbolo hasta no ver que, en efecto, es una niña desnuda. La calma saltó por los aires hace unos días, cuando el ayuntamiento presentó una renovación del logotipo municipal que no ha gustado a nadie.
El primero en señalarlo fue el youtuber Marco Creativo, con más de 600.000 suscriptores en la plataforma y especialista en cuestiones de imagen corporativa. "Pasamos de un escudo de la ciudad sintetizado, reconocible, que se puede imprimir con solo una tinta y que, en definitiva, funciona", explica el experto, "a uno multicolor, que tiene tantos detalles que en formato reducido no se perciben, y que conlleva un sobrecoste por tener que imprimirse siempre a todo color. Además, pasamos de una tipografía de estilo limpio y corte contemporáneo a otra cancilleresca, del siglo XV con arabescos, que es la misma tipografía que utilizaba la iglesia en sus documentos".
Desde la oposición socialista critican que el alcalde haya gastado el dinero público en un logotipo que no parece diseñado por un profesional. "Calculamos en torno a 150.000 euros los gastos de tener que rotular de nuevo documentos, vallas, coches públicos o uniformes. Además, el proyecto ni cuenta con un manual de identidad corporativa, como se esperaría de un proyecto de esta magnitud, ni ha salido a concurso", denuncia Víctor Navas, exalcalde de Benalmádena y actual líder de la oposición.
"El nuevo alcalde no ha consultado con nadie el cambio. Se ha limitado a decir que lo ha hecho 'un técnico del ayuntamiento', sin dar más explicaciones. Nos parece lamentable que se malgaste de forma tan chapucera el dinero público en un diseño que parece hecho con el viejo Corel Draw", continúa Navas.
Llegan las RadFems
El lío del logotipo ha escalado en los últimos días con una denuncia de la Asociación de Feministas Radicales. Las activistas, que proclaman no ser "feministes modernes", han interpuesto sendas quejas ante el ayuntamiento y el Defensor del Pueblo andaluz por la presencia de la niña desnuda en el nuevo logotipo. "No entramos a valorar la estatua, que lleva varias décadas en la ciudad y no molesta a nadie", dice a este periódico Sandra Moreno, presidenta de la asociación, "y tampoco creemos que el alcalde lo haya hecho a mala fe, pero consideramos que la presencia de esa imagen en el logotipo de la ciudad vulnera la normativa de protección a la infancia".
Estas activistas, enfrentadas ideológicamente al feminismo que propugna, por ejemplo, la exministra Irene Montero, sostienen que el símbolo puede tener otras connotaciones para los visitantes, en especial los turistas del norte de Europa. "Aparte del hecho de que es una menor desnuda, algo que ya nos cuesta comprender en 2024, se da la cuestión de que está en posición de ofrenda, sosteniendo el cartel de la ciudad. Creemos que esto puede ser entendido como un guiño a la industria de la explotación de menores. El turismo sexual es una práctica que sigue existiendo, está en auge y cuyos clientes solemos ser los europeos. Es obvio que España no está en esta situación, lo que no significa que estemos limpios: somos el burdel de Europa y no veo a nadie criticarlo", afirma Moreno.
"Se está sexualizando a los menores. No nos damos cuenta y cada día se cruzan líneas rojas"
"Para nosotras", continúa Moreno, "esto es parte del proceso de despersonalización y desprotección de los menores que está teniendo lugar a escala global. Se quiere legalizar la pedofilia siempre que no se moleste a los niños, hay un interés por sexualizar a los menores, como ya hemos visto esta semana en Torrevieja. Ya lo dijo Irene Montero, que los niños tienen que tener relaciones sexuales. Son líneas rojas que vamos cruzando, poco a poco, sin darnos cuenta", indican las radfems.
Este periódico ha intentado recabar, sin éxito, la opinión del alcalde, el popular Juan Antonio de Lara.
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