Menor margen fiscal y menos recursos por la caída de las entregas a cuenta que reciben las comunidades autónomas. Es la tormenta perfecta que llevará a los gobiernos regionales a enfrentarse a un abismo fiscal a partir de 2025, un año que amenaza con precipitar un cambio de ciclo tras varios ejercicios con los límites al déficit congelados y con unas asignaciones económicas récord al calor del crecimiento del PIB y del aumento de la recaudación. En Hacienda son conscientes del problema y, según explican fuentes del ministerio, han detectado aumentos del gasto autonómico del 6%, del 8% y hasta del 10% en los Presupuestos regionales de 2024. Por ello, avisan: el año que viene será imposible mantener el nivel de desembolso y habrá que hacer ajustes.
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