Este SUV compacto recibe un importante restyling para seguir siendo el rey entre los híbridos enchufables.
Ha sido el PHEV más vendido durante los tres últimos años en Europa, razón más que suficiente para que la marca del ovalo haya decidido implementar un lavado de cara que ha afectado sobremanera a la conectividad y al estilo.
Exteriormente hay varios cambios que en el frontal tienen que ver con el nuevo capó así como en la renovación de la firma lumínica con una moderna configuración que potencia su imagen. Visto por detrás, el portón y las ópticas igualmente son nuevas de cara a que el conjunto luzca tan esplendoroso como el primer día.
Más tecnológico
De puertas hacía dentro se reorganiza la distribución de algunos mandos como ocuure por ejemplo con los de la climatización que pasan a la pantalla multifunción central que ahora es de 13,2 pulgadas. El sistema SYNC 4, por su parte, aumenta el número de funciones y es más potente.
Otra de las novedades es la incorporación de una nueva terminación más campera denominada Active (que se une a los Titanium y ST-Line ya conocidos en este modelo) distintiva por incorporar varios aditamentos estéticos exteriores propios como la parrilla, los logos identificativos y las protecciones de la carrocería, además de una mayor altura libre de la misma al suelo.
Desaparecen las versiones Diésel
A imagen y semejanza de lo que están haciendo la mayoría de los fabricantes, en el renovado Kuga se pone punto y final a las mecánicas alimentadas por gasóleo.
Las tres variantes que se ofrecen en esta nueva etapa apuntan hacía la electrificación con dos unidades híbridas de 180 CV de potencia y un híbrido enchufable que anota 243 CV más una autonomía en modo totalmente eléctrico de casi 70 kilómetros. El escalón de acceso tiene que ver con una unidad de gasolina (el EcoBoost de 1.5 litros) con 150 CV de potencia.
Fabricado en la planta de Almussafes, el Kuga “Made in Spain” seguirá siendo un modelo clave en el porfolio de este fabricante.
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