El punto negro del siniestro laboral: casi 9 accidentes al día en Campo de Gibraltar

El punto negro del siniestro laboral: casi 9 accidentes al día en Campo de Gibraltar

La comarca de Campo de Gibraltar en Cádiz, compuesta por ocho municipios, puede ser considerada uno de los principales polos industriales de la región. A la par, es una de las zonas de España en las que más accidentes laborales se producen: 2.943 de enero a noviembre del pasado año. Los sindicatos alertan de esta tendencia que consideran preocupante, mientras la Inspección de Trabajo confirma que la comarca recibe un trato preferente en la planificación de actividades inspectoras y en la asignación de funcionarios de inspección activa.

La respuesta a este alto índice de siniestralidad laboral en la comarca gaditana está en que “las empresas priman el dinero antes que la salud de sus empleados”. Así de tajante se muestra Pepe Gavilán, responsable de Salud Laboral de CCOO en Campo de Gibraltar, quien continuamente realiza visitas a los centros de trabajo para inspeccionar que se cumple con la regulación. De esta forma, se encarga de que en este polo petroquímico en el que priman las refinerías y la industria pesada, uno de los principales de la provincia, las medidas de seguridad se cumplan.

Según los datos que manejan desde el sindicado, de enero a noviembre de 2023 se produjeron 2.943 accidentes laborales. Es decir, 8,81 cada día. De todos ellos, siete fueron graves y tres mortales. Algeciras es el municipio más golpeado por esta realidad, con 1.564 accidentes leves, dos graves y los tres que hubo con un fatal desenlace. El resto se reparten, de mayor a menor presencia, entre San Roque, Los Barrios, La Línea de la Concepción, Tarifa, Jimena de la Frontera y Castellar de la Frontera. En San Martín del Tesorillo no se han registrado accidentes en estos 11 meses.

Lourdes Barragán

Tal y como relata Gavilán, los accidentes más frecuentes son por atrapamientos, caídas de carga en suspensión y aquellos relacionados con afecciones musculoesqueléticas. “Muchas veces, estos accidentes son resultado de no haber realizado previamente una evaluación exhaustiva de los riesgos a los que se enfrentan los trabajadores, que con asiduidad realizan movimientos repetitivos con carga”, especifica el sindicalista.

Morir en el tajo

A pesar de que la sintonía a nivel estatal es el descenso de este tipo de accidentes, no ocurre lo mismo en este rincón oscuro de la seguridad laboral española. Gavilán todavía recuerda con algo de pesar cómo dos obreros murieron al precipitarse en una cisterna de alto voltaje dedicada a la limpieza de aguas negras, aquellas compuestas por desechos que llegan a través de las cañerías de los edificios. “Cayeron dentro y quedaron atrapados, así que murieron ahogados en el lodo”, concretiza.

El otro trabajador de la comarca de Campo de Gibraltar, que perdió la vida mientras desempeñaba sus funciones como asalariado, falleció después de quedar atrapado en un generador a 70 metros de altura, recuerda el responsable de Salud Laboral. “En cuanto nos enteramos de este tipo de accidentes, nosotros ponemos en marcha un protocolo para intentar recabar la máxima información sobre lo sucedido dentro de nuestras posibilidades, porque muchas veces la compañía nos niega la entrada al recinto empresarial”, desarrolla.

Gavilán resume la situación en que las empresas “prefieren ahorrarse unos euros en lugar de invertir ese dinero en prevención, y es lo que detectamos continuamente tras nuestras evaluaciones”, tal y como reitera el integrante de CCOO. En este sentido, desde la Confederación de Empresarios de la Provincia de Cádiz han declinado responder a las preguntas formuladas por parte de El Confidencial.

Buques fondeados frente al litoral del Campo de Gibraltar, en una imagen de archivo. (Cedida)Buques fondeados frente al litoral del Campo de Gibraltar, en una imagen de archivo. (Cedida) Buques fondeados frente al litoral del Campo de Gibraltar, en una imagen de archivo. (Cedida)

“En repetidas ocasiones, los mandos intermedios encargados de revisar la seguridad de los procesos productivos no hacen su trabajo y, al final, los obreros están obligados a realizar funciones que llegan a poner en riesgo sus vidas”, denuncia Gavilán. Su enfado y asombro va a más cuando, una vez reunido con los empresarios, le comentan que desconocen la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, sobre todo los pequeños y medianos empresarios.

Las mismas evaluaciones de riesgos

El responsable de Salud Laboral para esta región, duramente golpeada por la siniestralidad laboral, considera que todo sería más fácil sin la patronal exigiera el cumplimiento de los planes de seguridad y la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, así como llevar a cabo una correcta evaluación de los riesgos. Estas evaluaciones, confiesa el especialista, son un corta y pega unas de otras, calcadas palabra por palabra de un puesto a otro, parafraseando sus términos.

La crítica va a más cuando Gavilán se percata de que las evaluaciones de riesgos son tan genéricas que en repetidas ocasiones ni siquiera tratan los posibles accidentes que un trabajador puede tener en su puesto. “Las evaluaciones de riesgos son una cosa viva. Si hay que cambiarlas mil veces, se cambian mil veces, porque no todos tenemos la misma fuerza ni fisionomía. Lo que no podemos consentir es que tenga que ser el trabajador el que se adapte a la evaluación, y no al contrario”, sentencia.

Como suele ser habitual, los hombres destacan de manera preponderante entre las mujeres accidentadas en sus puestos de trabajo o durante el desplazamiento a los mismos. Sin ir más lejos, 1.327 varones sufrieron un accidente laboral en Algeciras durante el periodo comprendido entre enero y noviembre de 2023, frente a 242 mujeres. En los ocho municipios se dieron 2.394 accidentados frente a 549 accidentadas.

R. Badillo

Para Gavilán, este resultado es consecuencia de la “masculinización” de los puestos de trabajo que existen en Campo de Gibraltar: “Si hablamos de industria siderúrgica, hay pocas mujeres en el tajo, la mayoría están en las oficinas o en cargos de responsabilidad. Sin embargo, si voy al hospital de la comarca, imperan ellas con total rotundidad”, ilustra.

Fuera de los datos oficiales

El hecho de que haya casi nueve siniestros laborales cada día en Campo de Gibraltar es preocupante, pero las alarmas se disparan si las estadísticas no reflejan fielmente la realidad. “Incluso estamos investigando casos graves como los que se dan en una refinería, donde si se accidenta un empleado de una de sus subcontratas, en lugar de dar aviso a las autoridades competentes, les mandan a casa con permisos retribuidos”, critica Gavilán. Es decir, ese accidente queda fuera de las estadísticas y de cualquier tipo de investigación.

Ante esta tesitura, el miedo de los empleados a las represalias patronales juega un papel clave. “Tienen mucho temor al despido, por eso cuesta encontrar testigos del accidente que quieran presentarse como tal en la investigación del caso”, añade el experto. En realidad, según expresa, no sería la primera vez que un trabajador que exige seguridad en su puesto laboral se encuentra con un despido velado como consecuencia de ello.

Un trato preferente

El Ministerio de Trabajo, y más concretamente la Inspección, afirman que “el Campo de Gibraltar representa en la provincia de Cádiz una de las principales, si no la principal, comarca desde el punto de vista empresarial y económico. Esto hace que se le dé un tratamiento preferente tanto en la planificación de actividades inspectoras como en la asignación de funcionarios de inspección activa”.

Las fuentes consultadas también recalcan que la Inspección de Trabajo cuenta con “una oficina delegada en Algeciras para la atención de empresas y personas trabajadoras del Campo de Gibraltar”. Preguntados sobre el porqué de este alto índice de siniestralidad laboral en la comarca, desde Inspección responden que no les corresponde “el análisis de la evolución o la caracterización de la siniestralidad, sin perjuicio de que todos los datos y estadísticas a ella referidos son tenidos en consideración para un mejor empleo de los recursos públicos”. Por otra parte, también inciden en que la tarea de reducir la siniestralidad juegan cierto papel las comunidades autónomas y los interlocutores sociales. “Cabe recordar en este contexto que la prevención de riesgos laborales es una obligación de las empresas”, concluyen.



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