Cómo recorrer Valencia de principio a fin sin bajar del escenario: el auge de las 'jam session'

Cómo recorrer Valencia de principio a fin sin bajar del escenario: el auge de las 'jam session'

El origen de las jam session contemporáneas se encuentra en las reuniones informales de músicos para tocar fuera del horario laboral. Durante los años 30, los instrumentistas estadounidenses de jazz organizaban fiestas privadas en clubs o casas particulares improvisando sobre una melodía principal. El espíritu de esta celebración tenía como objetivo arriesgar buscando nuevos sonidos y competir entre músicos, como las actuales batallas de gallos raperos, pero también introducir a los principiantes en el juego de las curtidas bandas profesionales.

El auge de las jam aconteció en el Nueva York de los años 40, cuando florecieron un gran número de clubs de música negra. Por los templos sonoros de Hickory Hoise, Kelly's Stables y Minton's desfilaron Charlie Parker, Thelonious Monk, Charles Mingus, Eddie Condon o Ben Webster.

Abraham Rivera

En un tiempo en que la segregación racial marcaba el devenir de la sociedad estadounidense, el empresario Norman Granz se erigió como el fundador de las jam, tal y como son concebidas a día de hoy. En 1940, reunió en Los Ángeles a Nat King Cole, Willie Smith y Don Byas para que improvisaran frente al público por primera vez, alquilando los clubs donde vetaban a los afroamericanos para organizar veladas con audiencia y músicos mixtos. Su labor contra la discriminación alcanzó una enorme popularidad a lo largo de las décadas siguientes cuando organizó la gira Jazz At the Philharmonic, congregando a primeras espadas del género como Ella Fitzgerald, Duke Ellington, Dizzy Gillespie, Coleman Hawkins, Oscar Peterson o Stan Getz, y negándose a tocar en las ciudades que dividieran al público por razas.

Otra imagen de una jam session valenciana. (Cedida)Otra imagen de una jam session valenciana. (Cedida) Otra imagen de una jam session valenciana. (Cedida)

Durante más de una década, en la Valencia de principios del siglo XXI, la jam session de Tonky de la Peña se convirtió en la jornada de improvisación por excelencia para los amantes de los sonidos añejos. Cada lunes, en Black Note Club, a las once de la noche, el guitarrista madrileño y el bluesman valenciano Nano Mondéjar recibían a músicos locales dispuestos a rasgar melodías de rhythm 'n' blues, rock 'n' roll y algo de jazz. No era la única jam de la ciudad hace diez años, pero la oferta no resultaba tan generosa como la actual.

Tras la pandemia, la salida en tromba de la población valenciana en busca de ocio ha anticipado los horarios de apertura de las salas y los clubs de conciertos de la ciudad hasta la tarde e incluso el mediodía. Desde el local que regularmente acoge conciertos nocturnos para varios cientos de espectadores, hasta el pequeño bar cultural donde no caben más de cincuenta personas, la oferta de jams, junto a un músico profesional o una banda completa, se ha multiplicado en Valencia.

Víctor López Heras. Valencia

Los miembros del grupo de rock Johnny B. Zero acuden los jueves al Centro Excursionista del barrio de Arrancapins, los de Pantaje acompañan a los participantes de la jam de 16 Toneladas Rock Club, en la zona de Tendetes, por donde se deja caer a menudo Carlos Segarra de Los Rebeldes. Las hay, incluso, exclusivas para los alumnos de Berklee, la noche de los jueves en la sala Matisse, de Algirós, y especializadas en reggae, los miércoles, en la céntrica Radio City.

Esta vez, una jam session de rock. (Cedida)Esta vez, una jam session de rock. (Cedida) Esta vez, una jam session de rock. (Cedida)

El epicentro valenciano de las jam se sitúa en el barrio de Mestalla, donde Black Note programa tres sesiones semanales de jazz, rock-pop y blues. Por su escenario, los no iniciados comparten tarima con dos de los grandes percusionistas de la música pop valenciana, el veterano Puchi Balanzá, miembro de los ochenteros Vídeo, banda autora del himno de la Movida valenciana La noche no es para mí, y Edu Olmedo, batería de Señor Mostaza, Quique González, Revólver y Sole Giménez.

Los jueves, buena parte de la escena blusera autóctona, con miembros de Los Fabulosos Blueshakers y Nasty Boogie, convoca a los afectos por las viejas sonoridades americanas de raíz negra. Para todos los gustos y con diversos horarios y barrios. En la Valencia de hoy, el melómano amateur y el joven aprendiz de músico pueden recorrer cada semana la ciudad desde El Cabanyal hasta Campanar saltando entre escenarios.



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