"Te vendo mi herencia": Madrid y el florecer del negocio que aprovecha las familias rotas



Vender una herencia en Madrid es tan simple como escribir en cualquier buscador de internet: "Vendo mi herencia". En cuestión de segundos, salen decenas de búsquedas con ofertas que rezan: "Compramos partes de piso" o "Compramos tu parte de la herencia. Rápido y sin intermediarios". Es como si se tratara de una inmensa subasta de relaciones rotas entre familias en donde es preferible perder dinero a tener que ponerse de acuerdo con quienes se tiene lazos de sangre y se comparten las propiedades. "En Madrid se vende todo", aseguran desde una de las empresas.

La figura de la compra de herencias o proindivisos, el derecho sobre una parte de la propiedad que le pertenece a varias personas, ha crecido en los últimos años, según los expertos en gestionar este tipo de situaciones. Las herencias en los últimos años han crecido a ritmos de entre el 3% y el 5%, y este año hay estimaciones que hablan de que se pueden llegar a cerrar cerca de 215.000 herencias, de las que 107.073 corresponden ya al primer semestre: sería la cifra más alta de la serie desde que disponemos de datos. "Madrid está por delante con 12.500, por lo cual ha aumentado la venta de proindivisos y viviendas adjudicadas por herencia en la misma proporción", asegura el vendedor de proindivisos Juan Ignacio Diez.

Diez maneja una empresa que se dedica a comprar proindivisos, herencias y pisos de nuda propiedad sin necesidad de llegar a un acuerdo con los otros dueños o herederos: "Evite discusiones familiares y largos procesos judiciales y venda en 72 horas", reza su página web. Uno de los principales problemas se da cuando una de las partes quiere vender la vivienda y la otra o las otras no. ¿Qué pasa entonces? Esta es la situación más complicada y donde entran en juego los abogados o empresas como las de Diez, que compran proindivisos y herencias en situaciones complicadas.

El escenario es siempre el mismo: dos o más hermanos heredan un piso a partes iguales y cada uno quiere hacer algo diferente con la propiedad. "Ante el desconocimiento de cómo es el procedimiento jurídico que deben iniciar y la necesidad de dinero rápido, algunas personas deciden vender su parte de la casa a una empresa de estas características a pesar del dinero al que renuncian. Lo hacen aceptando las condiciones del contrato de compraventa que la empresa les ofrece a cambio de que el problema desaparezca de sus vidas", explica el portavoz de GJ Defensa Legal, Mateo Andrés Rivilla.

Lucía Franco

El importe que se paga es muy variable porque depende de cada caso. Sin embargo, la media suele estar entre el 25% y el 40% de valor del proindiviso. "Puede parecer poco dinero, pero los gastos y trámites que luego lleva todo el procedimiento son muy elevados y se alargan muchísimo en el tiempo", asegura Diez. Invertir en herencias ajenas es un trabajo que requiere paciencia.

Uno de los casos más recientes en los que ha trabajado son cuatro hermanos que tienen un inmueble en Madrid, por lo que a cada uno le corresponde el 25% de la vivienda. Uno de los hermanos vive en la casa y no quiere negociar con el resto. La casa tiene un valor de 200.000 euros, y a cada hermano que quiera vender su parte a esta empresa le corresponderían 25.000 euros. "Si se uniera algún hermano más se podría subir la oferta", asegura Diez, que al final sabe que todo en la vida tiene un precio.

Tranquilidad o dinero

La clave para las empresas que se dedican a comprar las herencias es que sus clientes tengan la idea clara de que van a dejar de ganar dinero, pero que su mente va a descansar y se van a olvidar de todos los problemas: "Si no se está dispuesto a dejar de ganar dinero y la mente aguanta la presión, lo mejor es que cada uno inicie el procedimiento de división de la cosa común y espere tres años a que salga la subasta", comenta el abogado.

El inversor y abogado Alejandro Bancalero, que dirige Bancalero Abogados, explica que cada vez llegan al despacho más casos de venta de proindivisos porque hay más tensiones entre las familias. Además, esta figura está volviéndose cada vez más popular. "Esta mañana me llamó una mujer que vive fuera del país y acaba de heredar una casa. No tiene relación con los otros familiares y no le interesa venir a España, así que me pidió que buscará la forma de invertir su parte de la herencia lo más rápido posible", asegura el inversor.

Para Abel Marín, socio y abogado de Marín & Mateo Abogados y autor del libro Protege tu herencia, este tipo de ventas son tan antiguas como los problemas familiares, pues a nadie se le puede obligar a mantener una propiedad. Al final, este tipo de ventas, para Marín, nunca se hacen con la cabeza, sino que vienen de emociones a flor de piel.

"Este tipo de operaciones nunca se hacen con la cabeza, sino que vienen de emociones que están a flor de piel"

Rivilla recuerda que hay que tener en cuenta que desde el punto de vista legal no es relevante la relación familiar que exista entre los copropietarios del inmueble. El procedimiento se puede hacer aunque el primo o el hermano se niegue a la venta porque cualquier copropietario ostentan su condición con independencia del porcentaje que conserve del inmueble: "Las empresas solo miran el valor total de la casa y el porcentaje que tiene su cliente".

La mayoría de empresas que apuestan por este tipo de inversiones a largo plazo son inmobiliarias o particulares que ven en la desesperación de la gente un negocio. "Ante la alta inflación y los problemas económicos que empiezan atravesar muchos, es probable que este tipo de empresas proliferen cada vez más en los años que están por venir", asegura Rivilla.



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