Durante décadas, los cines de la cadena Renoir fueron el lugar donde los majariegos iban a ver los últimos estrenos. "A un grupo de señoras les gustaba ir hasta dos o tres veces por semana", asegura uno de los socios fundadores de los Cines Zoco, Gabriel Rodríguez. En abril de 2013, la familia Renoir decidió cerrar sus salas de Majadahonda. La noticia indignó tanto a los vecinos que recogieron miles de firmas para tratar de impedir su cierre, pero todos los esfuerzos fueron en vano.
Sin embargo, estos mismos vecinos, al ver todo el apoyo social que habían logrado, empezaron a reunirse todas las semanas para intentar encontrar la forma de salvar el cine de Majadahonda y que no se perdiera un espacio de encuentro tan importante para ellos. Rodríguez recuerda esas primeras asambleas de hace 10 años con nostalgia: "Los primeros encuentros para formar la asociación eran horas de caos y debates llenos de ilusión. Cada uno quería proyectar películas diferentes, no sabíamos nada del mundo del cine, pero estábamos seguros de que queríamos darle una nueva vida a los cines Zoco". Y así fue.
Con el apoyo de más de 960 socios, que aportaron 100 euros cada uno, decidieron jugársela y crear una asociación sin ánimo de lucro para reabrir los cines. Hoy, 10 años después, al mirar al pasado, los socios fundadores se llenan de orgullo y aseguran que si tuvieran que elegir, volverían a vivir la aventura que los ha llevado a ser uno de los cines más importantes del panorama español.
"Al principio, la gente creía que estábamos locos, pero terminamos siendo muchos locos juntos. La unión vecinal logró salvar la oferta cultural y de ocio que estaba en riesgo en Majadahonda", dice Rodríguez. En ese momento, Cines Zoco era el único cine que había en el casco urbano y, aunque ahora en el municipio hay otras dos grandes cadenas en los centros comerciales cercanos, este para los vecinos tiene un aire especial.
Las cooperativas de las salas de cine se alían para sobrevivir
Ramón de Fontecha
En estos diez años, que están celebrando este mes, ha llovido mucho. La pandemia puso en peligro de extinción los cines. "A la gente le costó mucho volver a sentirse segura en las salas, y para ese momento mucha gente del pueblo se había enganchado ya a las plataformas de streaming como Netflix. Dejaron de ir al Zoco", recuerda el presidente de la junta directiva de Cines Zoco, Javier López. Desde la asociación calculan que han perdido de media en los últimos años un 30% de espectadores.
Para la socia fundadora Delia Mateos, los cines Zoco son un lugar de encuentro, lleno de vida: "Aquí te sientes parte de un grupo de gente que comparte tus mismos intereses y se ayuda entre sí. Da gusto venir solo y encontrar personas queridas del pueblo que te saludan antes de una función o se van a tomar algo después del cine".
La comunidad que han creado los majariegos en torno al cine hoy en día ofrece una oferta cultural llena de actividades y encuentros, donde han participado los mejores directores y actores del panorama nacional. Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, Rodrigo Sorogoyen, José Luis Cuerda, Javier Fesser e Isabel Coixet, entre muchos otros, se han dejado caer por el Zoco. "Hemos organizado alrededor de 570 eventos y han pasado por los cines más de 364 directores y otros 530 invitados entre actores, actrices, directores de fotografía y guionistas", aseguran desde la asociación.
Todos los jueves tienen un coloquio de cine. Esta semana toca una masterclass sobre fotografía titulada: El impacto de la profundidad de campo en la construcción del relato cinematográfico, impartida por el ganador de cinco premios Goya José Luis Alcaine.
Dentro de la programación de los cines, además, han empezado a emitir ópera en directo desde la Royal Ópera House de Londres. “Esta apuesta nos permite viajar hasta una de las compañías de ópera más importantes del mundo desde las sillas de la sala del cine”, aseguran en su página web.
Para la asociación, es fundamental que todos se sientan bienvenidos en los cines. Por eso, en colaboración con VenTEA han creado un proyecto pionero en España para que las personas con trastornos del espectro autista puedan también disfrutar del cine. "Una vez al mes elegimos una película infantil y la proyectamos en horario comercial, ajustando la luz y el volumen", explica Mateos.
Sin duda, el pilar fundamental del proyecto son los 920 socios que cada año siguen pagando su cuota. Este pago les permite acceder a eventos exclusivos como preestrenos y participar en la toma de decisiones del funcionamiento de los cines. En este momento, "el 55% de los socios son de Majadahonda, el resto de los municipios aledaños y de la capital", asegura López. Sin ellos, los cines Zoco, más vivos que nunca en su décimo cumpleaños, tendrían que echar el cierre.
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