Después de un noviembre de furia en las inmediaciones de la madrileña calle de Ferraz, donde se ubica la sede nacional del PSOE, las escaleras de la parroquia del Inmaculado Corazón, en la esquina con la calle Marqués de Urquijo, han comenzado diciembre con relativa tranquilidad. Todas las tardes, a partir de las 19.20, un pequeño grupo se reúne junto a la iglesia para profesar su fe. El líder del rezo es un joven llamado José Andrés Calderón que está convencido de que el abandono del catolicismo ha sumido a la nación en una crisis “espiritual”. “España ha ganado todas sus batallas con el rosario en la mano. La izquierda está adoctrinando a nuestros jóvenes y edificando la sociedad sobre la muerte de Dios que pronosticó Nietzsche”, afirma.
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