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El presidente suplente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, se ha desmarcado del bloque conservador en tres votaciones clave este último mes. Él mismo accedió al órgano a propuesta del PP en 2013, pero en un momento en que la mayoría de los conservadores pide elevar el tono contra el Gobierno por la ley de amnistía y sus acuerdos con los partidos independentistas, Guilarte está evitando apoyar las declaraciones más duras.
El último desencuentro se produjo este mismo martes en la Comisión Permanente del CGPJ, cuando tres vocales conservadores trataron de aprobar un nuevo comunicado contra los pactos del PSOE y sus referencias al supuesto lawfare que sufre el independentismo. La comisión ya había lanzado una declaración similar 25 días antes con los votos a favor de estos tres vocales, dos progresistas y el propio Guilarte, pero los conservadores consideraban que debían volver a la carga.
Frente al primer comunicado, su propuesta apuntaba a las recientes declaraciones de Pedro Sánchez sobre el lawfare durante una entrevista concedida a TVE. "Ha llegado, pues, el momento de continuar con la oposición anunciada", defendían los conservadores. Sin embargo, Guilarte les dio la espalda y, con el apoyo de las dos progresistas, sacó adelante una opción intermedia: sin lanzar nuevas críticas, reiteraron las ya expresadas y avisaron de que el CGPJ se mantendría "vigilante".
Esta promesa de permanecer "vigilante" no tardó en acaparar titulares, pero, con su voto de calidad como presidente, Guilarte había conseguido neutralizar una nueva declaración en la que se señalara de forma directa a Sánchez. Este camino intermedio implicaba mantener la misma postura que ya expresó a comienzos de noviembre, cuando también se desmarcó del bloque conservador y evitó apoyar la declaración del CGPJ contra la ley de amnistía.
Para justificar su voto en blanco, Guilarte apuntó en aquella ocasión a que las críticas eran "prematuras" e implicaban posicionarse "a favor de una opción política", dejando caer al final del texto otro argumento que iba más allá y refleja su postura de fondo: "La declaración propiciada no ayuda a fomentar un consenso, al menos en materia de justicia, que ayude a la renovación del CGPJ".
Guilarte tiene un plan
Guilarte asumió la "presidencia en suplencia" del CGPJ el pasado julio. Abogado en ejercicio desde 1979, lleva años convencido de que la única forma de garantizar la independencia del órgano pasa por que el PSOE y el PP pierdan todo el interés por controlarlo. Él considera que solo hay un camino para alcanzar ese objetivo: borrar cualquier posibilidad de que los sectores ideológicos, ya sean conservadores o progresistas, dominen los nombramientos de cargos judiciales que hoy por hoy corresponden al pleno del CGPJ.
Como ha ido informando El Confidencial los últimos meses, su plan consiste en que sean los propios jueces y un tribunal especializado quienes elijan a los candidatos para cargos judiciales sin intervención de los bloques ideológicos. El Gobierno, en principio, parece dispuesto a estudiar esta fórmula, pero, a falta de avances concretos, la filosofía de Guilarte ya se está plasmando en determinadas votaciones clave en las que no tiene problema en inclinar la balanza a favor de los progresistas.
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Ya no solo se trata de aquellas votaciones que tengan que ver con los pactos del PSOE y el lawfare, sino también de otras polémicas como la del pasado 30 de noviembre, cuando el CGPJ concluyó que Álvaro García Ortiz no es idóneo para el cargo de fiscal general del Estado. Nunca antes el CGPJ había rechazado la idoneidad de un fiscal general y la propuesta salió adelante gracias a los votos a favor de ocho vocales conservadores, mientras que Guilarte votó con los progresistas.
"Considero que la posición de este órgano constitucional y la decisión relativa al trámite de audiencia sobre el nombramiento del fiscal general del Estado debía haber mantenido coherencia con lo actuado por el pleno sobre dicha cuestión a lo largo del mandato", defendió el presidente del CGPJ junto al resto de progresistas.
Esta llamada a la calma por parte de Guilarte adquiere especial relevancia ante la posibilidad de que el PP y el PSOE reanuden sus conversaciones para renovar el CGPJ. Ni unos ni otros le tienen como su principal aliado dentro del órgano, pero tras casi cinco años de bloqueo, él ha dejado claro que la renovación se erige como principal objetivo de su mandato: "Finalidad para cuya consecución proyectaré mis afanes".
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