La primera fila de las bancadas parlamentarias suele dejar las cosas bastante claras. En la Asamblea de Madrid, frente a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, ha estado durante los últimos cuatro años Mónica García con su equipo. A su lado, su hombre de confianza, Javier Padilla, que se ha ido con ella al Ministerio de Sanidad. El relevo lo ha tomado Manuela Bergerot. Y es en esa primera fila de la nueva bancada donde se dibuja la que está llamada a ser su guardia pretoriana en los próximos años.
En esta etapa hay dos personas que han ganado peso en la organización y tendrán que cubrir los espacios a los que no llegue Bergerot, llamada a fajarse en los plenos para emular a García y representar la alternativa en la izquierda a Ayuso. Están sentados a su derecha y son Emilio Delgado y María Pastor, ambos con la vitola de portavoces adjuntos. Forman el primer círculo de poder en el grupo parlamentario en un momento delicado para el partido: deben reponerse del adiós de su cara más visible y retomar el foco con un equipo nuevo.
Delgado y Pastor jugarán papeles complementarios. Tienen perfiles distintos, estilos discursivos igualmente diferenciados y también servirán como reclamo para votantes distintos, aunque siempre dentro del espectro de la izquierda. Mientras Pastor pondrá en el foco las cuestiones educativas que pueden convencer al nicho de familias jóvenes, urbanas y progresistas; Delgado puede hacer lo propio entre el votante clásico de izquierda de zonas tradicionalmente obreras para moder al PSOE.
El perfil de Delgado puede servir, como creen en el partido, precisamente para reducir esa brecha entre los resultados cosechados por el partido en la capital frente a la periferia regional. También puede ser punta de lanza para atacar feudos fundamentales para la izquierda como el cinturón rojo del sur o el Corredor del Henares. Por su parte, el perfil de Pastor puede ser especialmente útil para apuntalar el voto de ese madrileño más urbanita y progresista que encontró en los últimos años en la figura de García una opción más allá del PSOE y sin las estridencias de Podemos.
La dupla Delgado-Pastor abarcará, como especifican fuentes de Más Madrid, distintas áreas, igualmente estratégicas para la formación. Igual que en el pasado García apretó al Ejecutivo regional con el tema sanitario, Delgado trabajará las redes vecinales y los temas "tradicionalmente obreros", mientras que la defensa de la educación pública será uno de los puntos fuertes en el discurso de Pastor.
Su estilo también es opuesto: la pegada mediática que ha tenido Delgado en los últimos meses, desde que se viralizó una intervención suya en el pleno de Móstoles frente a Vox, se contrapone con Pastor, que mantiene un perfil más sobrio. No obstante, las fuentes consultadas destacan su capacidad como oradora parlamentaria y la contundencia en sus argumentaciones. En lo que va de legislatura, recuerdan, ya ha entrado al cuerpo a cuerpo parlamentario con el consejero de Educación, Emilio Viciana.
También jugará un papel importante Héctor Tejero, científico de carrera y fichaje estrella en la era Errejón, que es el responsable de las políticas de Transición Ecológica del grupo. Aunque no figura en el primer escalón tras Bergerot, como puede ser el caso de Pastor y Delgado, a nadie se le escapa que el votante verde es otro de los ejes del éxito de Más Madrid. Ahí tendrá que incidir Tejero, que ya ha tenido proyección pública en este sentido en distintos actos en la etapa de García y que, igualmente, integra la dirección del grupo parlamentario manejando un área "estratégica".
Con todo ello, Más Madrid tiene por delante el reto de mantener el foco que tenían en la Asamblea de Madrid en la época de los duelos Ayuso-García y que benefició a ambas, especialmente ante sus respectivos electorados. El riesgo que tiene la maniobra para Más Madrid, no obstante, es que el nuevo equipo no sea capaz de retener el foco y la posición de alternativa al PP en la izquierda se diluya en favor de un PSOE con una figura al alza, como es Juan Lobato.
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