El árbol de las fresas. Así llaman al madroño (Arbutus unedo) en el mundo anglosajón. Tan dulce nombre hace referencia a sus vistosos frutos, los cuales se pueden admirar y degustar en estas fechas. Son muy ornamentales, esféricos y con una textura rugosa muy agradable a la vista. En las crestas de aquellas rugosidades muestran un color entre rojizo y anaranjado fuerte una vez que han madurado, mientras que entre los abultamientos sale a relucir un amarillo anaranjado. Con semejantes tonalidades, que contrastan con el verde oscuro de las hojas, el madroño es una planta soberbia y elegante.
Seguir leyendo
http://dlvr.it/SzxTjS
Seguir leyendo
http://dlvr.it/SzxTjS