Marise García tiene una nave con cocina en el polígono Fuente del Jarro, un cuerpo de 15 voluntarios, un sistema para servir una comida cada cuatro segundos, un grupo de casi 700 “amigos” sin hogar que reciben cada día un plato caliente, y 62 mensajes de WhatsApp sin leer. “Así todos los días, en Valencia soy más conocida que el tato”, asegura la directora de la Fundación Ayuda Una Familia. Cada día, cientos de personas sin hogar acuden al punto central de alimentación móvil que García y los suyos instalan a las dos de la tarde bajo el puente de Ademuz, en el Jardín del Turia. Allí estarán también hoy, y mañana, y pasado mañana, y todos los días, como han estado desde principios de noviembres pasado, a pesar de que el Ayuntamiento de Valencia, en el que gobierna PP y Vox, les ha retirado el permiso para hacer el reparto cuando podían hacerlo hasta noviembre de 2024, alegando “basura y peleas”, algo que niegan desde la organización. El Consistorio asegura que “el impacto higiénico-sanitario del reparto solidario de alimentos es inasumible por el Jardín del Turia”. El Ayuntamiento ha encargado un informe al Organismo Autónomo Municipal, Parques y Jardines que señala que las incidencias se concretan en la “acumulación de restos de comida diseminados por el jardín”. “Y –continúa el texto- ante la falta de medios del OAM Parques y Jardines para asumir su retirada inmediata, se está produciendo un aumento en la presencia de cucarachas, roedores y fauna avícola, lo que conlleva el consiguiente incremento de patógenos y parásitos, además de acumulaciones de deyecciones animales, a los que se suman los excrementos de los propios comensales y los restos arrojados de alimentos”.
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http://dlvr.it/T0QZXV
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