Cómo librarse de la odiada comida de Navidad de la empresa sin consecuencias

De todos los meses del año, es posible que diciembre sea aquel que acumula más compromisos. A las viejas e inamovibles tradiciones navideñas se unen nuevos brindis y chinchines para celebrar que, al menos, estamos vivos y nos podemos reunir. Y entre todos estos eventos hay uno marcado en el calendario de todo trabajador por cuenta ajena: la comida o cena de Navidad de la empresa. A medio camino entre el ocio y el negocio, el ágape con espumillón corporativo se ha convertido en una cita ineludible para muchos trabajadores que, a pesar de no tener gana alguna, se sienten obligados a asistir.

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