
Numerosos estudios demuestran que el estrés térmico aumenta los errores cognitivos y disminuye el rendimiento laboral.
Las altas temperaturas llegan antes cada año, influyendo decisivamente no solo en la salud de la población sino también en la productividad de los trabajadores. Lo demuestran numerosos estudios como los realizados por la red GHHIN (Global Heat Health Information Network, vinculada a la OIT) que indica que a partir de los 24 - 26 °C ya hay una reducción de productividad, y a partir de los 33–34 °C, la capacidad de trabajo se reduce en un 50 %.
Otra revisión sistematica de PubMed revela que el 30 % de los trabajadores en jornadas de calor, reportan pérdidas importantes de productividad, junto a riesgos elevados de estrés térmico.
Ante esta evidencia, son muchos los que se preguntan si existe en España una legislación laboral que permita a los trabajadores disfrutar de una jornada intensiva en verano. Te lo contamos.
Convenios colectivos
Aunque ni la legislación española ni el estatuto de los trabajadores obliga a las empresas a imponer una jornada intensiva en verano, existen formas de acceder a ella. La primera y más común es a través del convenio colectivo aplicable a cada sector: muchos de ellos establecen que, efectivamente, durante los meses de verano (normalmente junio a septiembre), la jornada se reduce o se adapta para evitar las horas centrales de más calor.
Algunos de los convenio colectivos que recogen la jornada intensiva en verano actualmente son: el de Oficinas y Despachos de Madrid y Barcelona, el de Comercio del Metal de Valencia y Zaragoza, el Comercio de Alimentación de Bizkaia, el Convenio Colectivo de la Industria Química a nivel nacional y también el de la Banca, entre otros.
Si por el contrario, esta jornada especial no se recoge en el convenio, puede establecerse mediante una negociación colectiva con los representantes de los trabajadores o un acuerdo individual con la empresa.
Desde el Instituto Europeo de Asesoría Fiscal añaden además, que otra opción es que la jornada laboral se haya venido aplicando durante años y se entienda como un derecho adquirido. "Si en tu empresa llevas varios veranos, por ejemplo, haciendo jornada intensiva sin que nadie lo haya cuestionado, es muy probable que se haya convertido en una condición más beneficiosa, y en ese caso, la empresa no puede quitarlo de repente, sin más", aseguran.
Para eliminarlo la empresa tiene que seguir un procedimiento legal, informar a los trabajadores, justificar el cambio y permitir que se valore o incluso sea reclamado. "Por tanto, no basta con avisar de un día para otro", recalcan desde INEAF.
La Administración pública y la jornada intensiva
Aunque la empresa privada tiene su propio marco de regulación en estos aspectos, en la Administración pública sí suele haber jornada intensiva en verano, regulada a través de normativa específica de cada administración (por ejemplo, normativa autonómica o local), acuerdos sindicales o instrucciones internas.