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La Aemet activa alertas en ocho provincias por tormentas y calor extremo: Huesca y Zaragoza en nivel naranjaLocalizan a un matrimonio de ancianos con alzhéimer desmayados por el calor en Madrid
La primavera de este año se ha despedido con datos que no pasan desapercibidos: ha sido una de las más lluviosas desde que se tienen registros y, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el verano que viene por delante podría ser más caluroso de lo habitual. Así lo han confirmado a través de un informe sobre cómo han sido los meses de primavera en España en el ámbito meteorológico.
La protagonista absoluta de esta primavera ha sido la lluvia. Especialmente en marzo, cuando el cielo se abrió de manera excepcional. Según los datos oficiales, se acumularon casi 149 litros por metro cuadrado, más del doble del valor habitual para ese mes. Fue el tercer marzo más lluvioso desde que comenzó la serie histórica en 1961. En estaciones como Madrid-Retiro, las precipitaciones estuvieron cerca de alcanzar lo que suele llover en todo un año.
Fue también una primavera muy lluviosa: la quinta con más precipitaciones de toda la serie (que arranca en 1961) y la tercera del siglo XXI. En varios observatorios del centro y sur de la Península fue la primavera más lluviosa desde que hay registros. pic.twitter.com/Jau8zwtoOE
— AEMET (@AEMET_Esp) June 13, 2025
Un total de 14 estaciones rompieron récords históricos de lluvia acumulada. En el Puerto de Navacerrada, por ejemplo, se superaron los 950 mm. En Huelva, la cifra fue de 339 mm, batiendo también su anterior máximo. Y lo más llamativo: en muchos casos, estos récords no se superaban por unos milímetros, sino por diferencias de más de 100 mm, lo que da cuenta de la magnitud de las lluvias caídas.
Tras ese marzo frío y empapado, abril cambió completamente el guion, con temperaturas que subieron más de un grado respecto a la media habitual. Fue un mes cálido en casi todo el país, incluso muy cálido en zonas del Levante, el sur peninsular y Baleares. La primavera acabó resultando “normal” en cuanto a temperaturas, pero ese calificativo no refleja del todo bien la montaña rusa térmica que se vivió.
Mayo volvió a la moderación, aunque terminó con un episodio de calor inusual. En diez observatorios de la red de Aemet se registraron temperaturas récord para ese mes. Córdoba y Sevilla llegaron a superar los 40 °C, y Zaragoza alcanzó los 37,5 °C, cifras más propias de julio que de la antesala del verano.
La previsión: verano más caluroso, sin señales claras de lluviaCon la primavera ya analizada, la Aemet ha puesto el foco en el verano, que meteorológicamente hablando comenzó el 1 de junio. Y no llegan buenas noticias si hablamos de calor: todo apunta a que será más cálido de lo normal, con una mayor probabilidad de temperaturas altas especialmente en la vertiente mediterránea, Baleares y Canarias.
¿Y la lluvia? Aquí la cosa está menos clara. No se aprecia una tendencia definida en cuanto a precipitaciones. Es decir, no se puede afirmar si lloverá más o menos de lo habitual. Eso sí, la propia naturaleza del verano en España —con largos periodos secos y algunos episodios tormentosos aislados— hace prever que las precipitaciones, si llegan, lo hagan de forma irregular.
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El ConfidencialEl contraste térmico entre el frío de marzo y el calor extremo de mayo, junto con las lluvias excepcionales que se concentraron en apenas semanas, confirman una tendencia que los expertos llevan años advirtiendo: el clima se está volviendo más extremo y menos predecible. Las estaciones cada vez se comportan de forma más variable, lo que complica tanto las previsiones como la adaptación del territorio a estos cambios.
Desde Aemet insisten en que este tipo de variaciones encajan dentro del patrón de cambio climático observado en los últimos años: más episodios extremos, más alternancia entre sequías y lluvias torrenciales, y temperaturas cada vez más elevadas.