El Gobierno se resiste al 5% y cree que solo beneficia a la industria de armas de EEUU

El Gobierno se resiste al 5% y cree que solo beneficia a la industria de armas de EEUU

A dos semanas de la cumbre de la OTAN en La Haya, que discutirá sobre el aumento del gasto militar, España mantiene su rechazo a la subida del 5% del PIB, que EEUU pretende imponer a sus aliados. El Gobierno ha pasado de reclamar que haya debate y negociación en los prolegómenos de esta cita a sostener que la inversión del 2%, alcanzada este mismo año, es "suficiente" y el objetivo del 5% "arbitrario". "No han explicado ni por qué ni para qué", sostienen en el Ejecutivo.

La Moncloa está decidida a mantener una "posición propia" en la reunión en Países Bajos, fijada para el 24 y 25 de junio, y a escalar el discurso contra Donald Trump. Fuentes del Gobierno apuntan que este incremento sólo busca beneficiar a la industria armamentística americana, en un momento en que este país necesita estímulos económicos por la errática gestión de su presidente. Y, subrayan, "nosotros vamos a defender nuestra autonomía". "No vamos a rebajar el gasto social para subir el gasto en defensa", afirman.

Margarita Robles, ministra de Defensa, ha explicado en distintas ocasiones que España se opone al establecimiento de un porcentaje para todos. El Gobierno señala que debería ser el compromiso de contar con determinadas capacidades militares lo que decretara cuánto debe gastar cada Estado miembro. Pero la realidad es que la delegación española no tiene un problema con la idea de fijar un tanto por ciento, que lleva guiando el aumento del gasto en defensa desde 2014, sino con la cifra del 5% con el que la administración americana lleva insistiendo desde el regreso de Trump a la Casa Blanca.

Fuentes aliadas señalan que todavía queda mucho tiempo hasta la cumbre de La Haya. Apenas 15 días que en la medida temporal de la Alianza Atlántica se traducen en mucha negociación, conversaciones y tira y afloja. España está bajo una enorme presión por parte de Mark Rutte, secretario general de la OTAN, y también de los socios americanos. Está siendo el país que más claramente está diciendo ‘no’ a las exigencias de Washington. Hay otras capitales que están mostrando resistencia aunque no de forma pública.

Nacho Alarcón. Bruselas

Al Ejecutivo le consta esta contestación pero no tienen garantías de que se materializará en un discurso contundente en La Haya. La impresión que transmite es que se encuentra bastante solo. Diversas fuentes apuntan a lo que consideran una obviedad: si Rutte está intentando promover su fórmula de un 3,5% de gasto en capacidades más un 1,5% en seguridad e infraestructuras, es fundamentalmente para dar una victoria política a Trump que sirva para que el presidente estadounidense no haga volar por los aires la cumbre. Pero, esto no forma parte de las preocupaciones de Pedro Sánchez. Al contrario, su aval lo pagaría caro en Madrid.

El Gobierno apenas tiene margen político para un nuevo incremento por las reticencias de su socio en el Ejecutivo, Sumar, y muchos de sus aliados parlamentarios. Esta misma semana, Izquierda Unida advirtió que abandonarían el Ejecutivo (la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, es la cuota de este partido dentro del bloque de Yolanda Díaz) si Sánchez se compromete a elevar más la inversión. Y para todos los partidos a la izquierda del PSOE, con una fuerte tradición antimilitarista, sólo poner el listón en el 2% ha significado un trauma.

Nacho Alarcón. Bruselas

Y tampoco dispone de dinero. Con las cuentas de 2023 prorrogadas ya dos ejercicios, sin visos de poder aprobar unos nuevos presupuestos y tras elevar este año 10.471 millones la inversión militar para alcanzar ese 2% anual ( 33.123 millones).

En este contexto, a la Moncloa incluso le puede interesar un pulso con Trump. Muchas capitales tienen miedo de verse señaladas directamente por el presidente norteamericano. Hasta ahora Sánchez no ha mostrado que esto le suponga un problema, más bien al revés: el ser atacado por Trump puede ser percibido como un activo político por su electorado y sus socios, en un etapa de enorme debilidad, cercado por varias investigaciones judiciales y agujeros en la gestión y sin apenas iniciativa.



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