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El independentismo radical le está ganando la calle a los partidos que lideraron el procés y a los colectivos que antes morían de éxito organizando masivas manifestaciones a favor de la independencia. Los tiempos gloriosos han quedado atrás y ni los comités de defensa de la República (CDR) ni la Asamblea Nacional Catalana (ANC) son capaces de convocar grandes concentraciones de manifestantes.
Pero hay otras organizaciones muy activas que les están ganando la partida. Una pléyade de plataformas y entidades desencantadas por las promesas incumplidas de los líderes del procés están tomando ahora las calles, pero para apostar por postulados más extremistas y con posicionamientos muy cercanos a los de Aliança Catalana (AC), el partido que libera la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, que en las últimas autonómicas logró entrar en el Parlament con dos diputados.
En el independentismo procesista existe temor al auge de este independentismo extremista, hijo de las semillas separatistas plantadas durante el procés. En las últimas autonómicas, AC estuvo entre los tres partidos más votados en más de 170 ayuntamientos de los 947 que tiene Cataluña. Y en la demarcación de Barcelona se quedó a 3.000 votos de conseguir otros tres diputados. "Lo que más preocupa es que está teniendo un activismo fiel, muy militante. AC tiene la capacidad en estos momentos de convocar manifestaciones casi tan grandes como las de la ANC y eso causa desazón entre el independentismo no extremista", dice a El Confidencial una fuente soberanista.
Los tradicionales dirigentes soberanistas han creado un monstruo que se le ha ido de las manos y cuya rebeldía se muestra elección tras elección: la ultraderecha catalanista cosechó más de 118.000 votos en las últimas autonómicas y la cosa va a más, porque las encuestas oficiales prevén que puede pasar de 2 a un máximo de 10 diputados. La Cataluña profunda comienza a trastocar sus preferencias.
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Antonio Fernández. BarcelonaEste independentismo que ahora apoya a Orriols como recambio de Carles Puigdemont se hace fuerte en el territorio tradicional de Junts: las comarcas de Girona o las plazas fuertes del pujolismo en la Cataluña profunda, como Vic.
A grandes males…Hace pocas semanas, AC fue expulsada de unas jornadas en Girona por parte de las fuerzas de izquierdas, ERC y la CUP. "Es una victoria. Que sigan así. En las próximas municipales sacamos representación en la capital", se regocijaron los dirigentes de AC. A grandes males, grandes remedios.
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Antonio FernándezPero, al margen de estos rifirrafes, hay organizaciones que apoyan todas las iniciativas de Aliança Catalana. Desde el Moviment Identitari Català (MIC) hasta Resistència Catalana, Renaixença Nacional Catalana y ahora han aparecido dos organizaciones que quiere oficiar como los CDR de la extrema derecha independentista: Nacionalistes al Carrer y Defensa Catalunya. Al margen, hay otros grupos que apoyan sistemáticamente iniciativas de los de Orriols, como el grupo identitario Nosaltres Sols!.
Para este domingo 4 de mayo, Nacionalistes al Carrer y Defensa Catalunya tentaron una prueba de fuego: convocaron una concentración para reclamar la expulsión de los inmigrantes y que reclamar una "Catalunya grande y libre de delincuentes". Se trata, según sus convocantes, de "visibilizar la necesidad de una Cataluña libre, rsgura y respetuosa con su identidad".
La plaza Major de Vic es emblemática: desde ella, parte todos los 11 de septiembre el desfile de moteros independentistas hacia la gran manifestación de Barcelona. En 2018, los independentistas sembraron la plaza con 1.800 cruces amarillas y un coche arrolló varias hileras de las mismas. La entonces alcaldesa, Anna Erra (luego consellera y presidenta del Parlament) colgó un vídeo de la acción, que achacó a los constitucionalistas. "Denunciemos enérgicamente este atentado contra la libertad de expresión. No caigamos en sus provocaciones". El conductor era un vecino de Vic con las faculltades mermadas, pero la alcaldesa nunca pidió disculpas por su acusación.
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Marcos Lamelas. BarcelonaVic es el pueblo donde Erra prohibió a PP y Vox instalar carpas (como sí hacían todas las semanas los partidos independentistas) porque decía que creaban alarma social. Y en esa localidad, los representantes legales de los partidos españolistas eran sistemáticamente insultados y atacados por extremistas ante la pasividad de las autoridades locales.
Un expodemita apoyandoVic sigue en manos de Junts y su pleno tiene dos concejales del pequeño partido Som Identitaris (SOMI), liderado por Josep Anglada, que la pasada década creó Plataforma per Catalunya, un fenómeno político que duró varios años. Anglada ya había sido concejal de Vic entre 2003 y 2019 y ahora ha vuelto al consistorio con dos representantes. AC no tiene concejales, pero sí puede disponer de un apoyo popular a sus proclamas identitarias.
Por si fuera poco, uno de los principales apoyos de Anglada se ha sumado a la protesta: se trata de Carles Crescenti, exdelegado de SOMI en el Baix Camp, en Tarragona. Crescenti proviene del 15-M y llegó a participar en los círculos de Podemos. También fue fundador de la Plataforma Ciudadana por la Hipoteca y la Vivienda en Santa Coloma.
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Marcos Lamelas. BarcelonaLa plaza mayor de Vic vuelve ahora a llenarse del discurso del odio y del miedo. El acto de los extremistas lleva el lema ‘Por una Cataluña libre, segura y catalana’. Lo dice todo. La asociación Defensa Catalunya se autodefine como una plataforma de "nacionalistas e identitarios catalanes", un dato a tener en cuenta. Este colectivo sólo utiliza las banderas de Cataluña y una enseña blanca cruzada por la cruz roia de Sant Jordi y, en el medio, el águila imperial de reminiscencias fascistas.
"Si estás harto de la inmigración masiva y quieres recuperar Vic y Cataluña, ven con nosotros. Por una Cataluña catalana, basta de inmigración", rezan los carteles que ha difundido a través de sus redes sociales. Su principal emblema tiene dos números: 33, que corresponde a las siglas CC (Cataluña Catalana). La ocupa el número 3 del abecedario. Así, copian el emblema 88 de los neonazis, que significa ‘Heil Hitler’, por las iniciales HH (la H es la octava letra del abecedario).
AC vampiriza a todosSu posicionamiento está claro: un mensaje del pasado 27 de abril alertaba de la "sustitución demográfica, étnica y racial de nuestra nación. ¿Los culpables? España y sus colaboradores: ERC, Junts y la CUP". El discurso xenófobo que alienta Aliança Catalana (AC) va calando en la política catalana. El núcleo excluyente del independentismo se está concentrando en torno a una opción que apuesta indisimuladamente por la xenofobia y la hispanofobia.
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Marcos Lamelas. BarcelonaEs preciso recordar que, a mediados de febrero, AC convocó un acto en las calles de Girona y comandos de la CUP intentaron reventarlo. La presencia de los Mossos d’Esquadra evitó males mayores. Aliança Catalana está montando carpas informativas semanalmente por toda Cataluña y grupúsculos formados por la CUP intentan evitar que puedan difundir sus mensajes. Ya ha habido heridos graves, denuncias y condenas. El acto de Vic es la continuación del de Girona. Si tiene una asistencia masiva, será un éxito total y los independentistas procesistas pueden echarse a temblar. Y si los comandos de la CUP provocan altercados, será también un éxito. Le harán la campaña a Sílvia OPrriols sin que ella mueva un dedo.
Muchos antiguos dirigentes soberanistas que se encontraban al lado de Carles Puigdemont están ahora apoyando abiertamente a Sílvia Orriols. Pero Aliança también vampiriza otras opciones políticas. En las poblaciones donde se votaba mayoritariamente a opciones como ERC y la CUP, el voto se ha trasvasado hacia las filas de AC. Los expertos consideran que casi 10.000 votos de la CUP se han ido a la extrema derecha en las últimas autonómicas.
Esa situación causa malestar en las filas de la izquierda independentista. La CUP tiene en marcha una campaña para "parar a la extrema derecha", personificando ésta en AC. Y Junts ve con desconfianza y con temor el auge de los de Orriols, conscientes de que muchos de sus votos se decantarán hacia la alcaldesa de Ripoll, por lo que es el principal enemigo a batir: de hecho, "Junts teme más el trasvase de su electorado hacia AC que hacia ERC", suscribe un dirigente de Junts.
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