El desembalse de El Atazar por su aliviadero superior: una imagen excepcional que durará pocos días


         El desembalse de El Atazar por su aliviadero superior: una imagen excepcional que durará pocos días

La presa más grande de la Comunidad de Madrid, construida en 1972, solo ha vivido esta situación en tres ocasiones.

El embalse de El Atazar ofrece esta semana una imagen excepcional: su aliviadero superior está vertiendo agua a tres metros cúbicos por segundo al río Lozoya debido a que la presa, la más grande de la Comunidad de Madrid porque es capaz de acumular algo más de 426 hectómetros cúbicos, se encuentra al 100% de su capacidad tras la primavera de intensas lluvias. Este desembalse es excepcional porque solo se había dado en dos ocasiones previas, y de la última hace ya más de tres décadas, desde que la presa se terminó de construir en 1972 para abastecer a la población de Madrid, que ya entonces no dejaba de crecer.

La primera vez que el aliviadero superior vertió agua fue en julio de 1988. La segunda, en mayo de 1991. Desde entonces no se veía la imagen que muchos de los vecinos de los alrededores no han querido perderse. Y es que la imagen -y el sonido- del agua cayendo a una altura de más de 120 metros, los que levanta la presa por encima del Lozoya, impresiona y hay momentos en los que adquiere una dimensión de fantasía, cuando sobre la bruma que produce la 'cascada' aparece el arcoíris.

El desembalse comenzó el pasado lunes y podría durar entre tres y cuatro días más, de acuerdo con Belén Benito, directora de Operaciones de Canal de Isabel II, a cargo de la gestión de El Atazar y de otros 12 embalses de la región. "Estamos viviendo algo histórico", ha aseverado la responsable de la empresa pública este miércoles, que detalla que en los últimos 34 años no se había había alcanzado la cota que tiene el embalse en este momento.

La situación es tan inédita, que Isabel Díaz Ayuso ha querido llevar este miércoles la reunión del Consejo de Gobierno a este lugar. "Es una imagen excepcional, hermosa", ha asegurado la presidenta en la rueda de prensa que ha ofrecido desde El Atazar tras presidir la reunión del gabinete, que se ha celebrado de forma extraordinaria en las instalaciones que tiene el Canal en El Atazar, una infraestructura que aporta el 46% del abastecimiento a los madrileños.

Díaz Ayuso ha recordado que el desembalse por el aliviadero no es una decisión operativa que haya tomado Canal, como sucede en estos momentos en otras siete preses de la región, si no que se ha producido de forma natural al alcanzar la infraestructura su límite máximo. Y es que el aliviadero es a un embalse algo así como el agujero que tienen los lavabos en la parte superior: si el líquido elemento llega a su nivel, el agua cae para evitar que se desborde si el grifo se ha quedado abierto por accidente con el tapón puesto.

Los madrileños que quieran acercarse a ver el desembalse, pueden hacerlo desde la propia presa de El Atazar, que es atravesada por la carretera M-133 que lleva hasta el pueblo del mismo nombre, y desde algunos de los miradores que hay en los alrededores, que ofrecen una perspectiva única de una infraestructura singular a poco más de una hora de la capital y en mitad de un momento histórico.

A la presa de El Atazar se llega por una carretera de curvas sinuosas muy transita por motoristas y ciclistas. Es una gran bóveda de doble curvatura con espesores que varían entre los seis metros de la coronación hasta los 36 de la base y que de un extremo a otro tiene una longitud de casi 500 metros. La supervisión y el mantenimiento de esta infraestructura crítica es posible gracias a la tecnología, pues la presa cuenta con un sistema de los más avanzados del país en su especie que es capaz de hacer más de 250.000 mediciones al año sobre deformaciones, filtraciones o temperaturas; y a un entramado de ocho kilómetros de galerías que facilitan el trabajo de los técnicos del Canal, una labor que este miércoles Díaz Ayuso ha agradecido personalmente.

La situación actual de El Atazar, además de una imagen histórica, contribuye a asegurar el abastecimiento de la población. "Tenemos una cantidad de agua embalsada que nos permite estar tranquilos, aunque con independencia de lo que tengamos embalsado, no podemos malgastar ninguna gota porque la próxima sequía no se sabe cuándo va ... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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