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Un nuevo informe de la Encuesta Social Europea (ESS) analiza el posicionamiento en 24 países europeos sobre diferentes aspectos de la igualdad de género. El estudio incluye el análisis de datos recopilados en más de 40.000 entrevistas cara a cara entre 2023 y 2024, una amplia muestra que permite comparar las respuestas en cada país.
Los encuestados han sido preguntados por su percepción de determinadas actitudes sexistas, la discriminación de género, por si la igualdad de género es positiva para la sociedad y por su nivel de acuerdo o desacuerdo con diferentes políticas públicas que apuntan a abordar esta materia.
Sobre este último punto, en el ámbito laboral, las políticas destinadas a ayudar a reducir las desigualdades muestra niveles relativamente altos de apoyo en toda Europa, con alrededor del 68% a favor de imponer sanciones a las empresas que pagan a los hombres salarios más altos que a las mujeres por el mismo trabajo. Los resultados de España destacan entre los más favorables a esta medida, con un porcentaje del 83,6%, cifra solo superada por Francia, donde esta medida alcanza un 83,6% de consenso.
También relacionado con el empleo, despedir a alguien que hace comentarios o insultos sexistas en el trabajo, también cuenta con un fuerte apoyo social, en concreto, del 79,2% de los encuestados en nuestro país. En Eslovaquia, Hungría o Austria, sin embargo, apenas la mitad de la población estaría de acuerdo con un despido por esta causa.
"En el caso de los temas relacionados con las desigualdades de género, no todos los países parten de una situación similar. Mientras que hay países donde se han alcanzado altos niveles de igualdad de género en las dimensiones económicas, políticas, familiares, y sociales (como los países Escandinavos), en otros existen niveles de desigualdad aún muy relevantes", advierte Marta Fraile, Científica Titular y vicedirectora del Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, y miembro del equipo de investigadores que ha diseñado este módulo de la encuesta y preparado el informe de resultados.
En 2006, el gobierno de Zapatero aprobó la Ley de igualdad, y desde entonces es obligatorio que las listas electorales de los partidos sean paritarias. Con esta norma ya bien asentada, hace menos de un año vio también la luz la Ley Orgánica 2/2024, del 1 de agosto, de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres ("Ley de Paridad"), que amplía el impulso de la representación femenina a los consejos de administración de sociedades cotizadas.
Estos avances en paridad tienen hoy un reflejo positivo en la opinión pública. Según la encuesta de la ESS, un 62% creen que es bueno que existan cuotas en el parlamento, un porcentaje que solo es más alto en Portugal, Italia, Francia o Croacia. “Curiosamente, los niveles más bajos de apoyo se observan en los países con los niveles más altos de paridad de género en Europa, como Finlandia y Suecia, así como en los Países Bajos y Alemania”, reza el informe.
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Cristina DolzAunque para Fraile todavía queda "mucho camino por recorrer" en materia de igualdad, "las movilizaciones feministas de la última década han logrado situar la igualdad de género en la agenda pública", opina. "Todo ello contribuye a que (al menos por el momento) el apoyo a la igualdad política y laboral entre hombres y mujeres en España sea alto, especialmente en comparación con otros países".
¿Llaman la atención los datos de España en la encuesta? Ante la posible percepción de que el respaldo de los españoles hacia estas políticas no es tan alto, la experta en estudio de temas de género y política cree que "a menudo" los discursos más extremos tienen más eco en los medios y las redes sociales. "Sin embargo, la evidencia de la ESS para el caso de España sugiere que la polarización en torno al tema de la igualdad de género no es tan extrema, como la que vociferan algunos líderes políticos, y mediáticos. Y sí, por lo menos de momento, podemos presumir de que, comparativamente hablando, los niveles de apoyo a la igualdad de género son altos en España", argumenta Fraile.
Pasando de lo público a la esfera privada, otra de las cuestiones planteadas gira en torno a igualar el tiempo de permiso parental remunerado. Aunque en un porcentaje más bajo, de nuevo, España está entre los países más favorables, con cerca de un 73,3% de los encuestados posicionados a favor.
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María V. PaúlDe todas las políticas planteadas, esta es la que cuenta con un menor apoyo global. El mayor desacuerdo se observa en países con los niveles más altos de igualdad de género, como Noruega, Suecia, Austria o Alemania. En contraste, Portugal, Chipre, España, Grecia e Italia presentan los niveles más altos de respaldo al permiso parental igualitario.
¿Existe un nivel de igualdad de género a partir del cual ya se considera que las mujeres pretenden demasiado? Es una de las hipótesis que explora Fraile en un libro que elabora en estos momentos sobre estas cuestiones. "No es descabellado", afirma, añadiendo que es posible que, cuando la igualdad alcanza cierto nivel, "surjan discursos conservadores que especulen sobre las consecuencias negativas". No obstante, Fraile considera que es pronto para extraer conclusiones al respecto y hace falta ir más allá de los datos.
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Marta LeyEl estudio concluye que la esfera privada sigue siendo un desafío importante para las políticas de igualdad de género: “Las mujeres todavía realizan más trabajo doméstico no remunerado, lo que refleja normas sociales profundamente arraigadas que continúan otorgando un mayor poder a los hombres, dificultando así la corrección de la desigualdad de género en los roles domésticos”.
Identidad, roles y sexismoLa encuesta ha permitido ir más allá de valorar determinadas políticas para conocer cómo es la percepción de algunos estereotipos asociados a lo femenino (compasión o sensibilidad) y de otros masculinos (liderazgo, asumir riesgos).
Los resultados muestran que, aunque las mujeres y los hombres en Europa continúan identificándose con rasgos tradicionales femeninos y masculinos, respectivamente, existe una percepción más fluida y dinámica de los roles de género en la sociedad.
Sin embargo, las actitudes sexistas persisten, especialmente en forma de sexismo hostil y moderno, con hombres mostrando niveles más altos de estas actitudes, aunque con diferencias no muy amplias entre géneros. Además, la mayoría de los europeos percibe que las mujeres enfrentan discriminación laboral, especialmente en cuanto a oportunidades, promociones y salarios, mientras que en ámbitos como la interacción con la policía, la percepción de trato desigual es mucho menor o incluso más desfavorable para los hombres.
Con todo, la sociedad europea valora de forma generalizada la igualdad de género como un beneficio para la economía, la política, la familia y las empresas, mostrando un apoyo mayor entre las mujeres. Este respaldo, sin embargo, varía considerablemente entre países, siendo más fuerte en naciones con menor brecha de género.