Junts, el partido que preside Carles Puigdemont, le está robando la agenda política al PP en los temas que van más allá de la reclamación de la independencia, cuestión que en los últimos meses poco se menciona. El partido se está centrado en temas como las rebajas fiscales, la lucha contra la inmigración ilegal y defender a los propietarios de pisos frente a las ocupaciones. Desde que comenzó el año, el giro del partido es más bien hacia la derecha, pese a que en teoría se trata de una formación transversal que quiere pescar en un amplio espectro ideológico.
De hecho, el Congreso de Junts de Calella celebrado en octubre del año pasado dejó una ejecutiva con peso del sector más izquierdista, con personalidades como Oriol Izquierdo o Ennatu Domingo. Esto no había pasado nunca, ni en Junts ni en sus partidos precedentes –PDeCAT o CDEC–. La situación es tal que el líder de este sector más de izquierdas de la formación es un independiente y, por tanto, no militante: el diputado en el Parlament, Agustí Colomines.
Pero aunque de manera formal esta situación es así, nunca había habido tanto peso de la izquierda en un partido como Junts, heredero del pujolismo. Sin embargo, a la hora de desplegar políticas concretas, Junts se ha volcado hacia la derecha.
El primer caballo de batalla es la lucha contra la inmigración ilegal. Junts quiere una delegación de competencias en materia migratoria que se concrete en una nueva ley orgánica. Se quiere reforzar que los inmigrantes en Cataluña aprendan catalán o facilitar la expulsión de inmigrantes a cargo de la Generalitat de Cataluña. Se trata de una manera de frenar a la pujante Aliança Catalana, el partido de la alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols, que estaría desangrando a Junts, según reflejan diversas encuestas.
Las negociaciones para esta nueva ley orgánica tienen derivadas importantes porque, según fuentes de Junts, de que lleguen a buen puerto depende que se puedan negociar los Presupuestos Generales del Estado para 2025.
Pero hay más. Un caso de ocupación en Girona a un particular le ha hecho tomar partido en la cuestión de las ocupaciones ilegales, que hasta ahora había sido uno de los caballos de batalla del PP. El presidente del grupo parlamentario, Albert Batet, ha declarado que el partido hace suya una iniciativa del Colegio de Abogados de Barcelona para que “que las ocupaciones delincuenciales puedan desalojarse cautelarmente por la policía en 48 horas si lo ordena el juzgado”.
Vía Madrid
Para vehicular esta medida, Junts ha escogido la vía de la Carrera de San Jerónimo. La formación que preside Puigdemont apuesta porque el Parlament de Cataluña lleve el proyecto de ley para que el Congreso reforme la ley, porque la competencia en esta cuestión es de ámbito español.
Junts quiere que el Parlament lleva al Congreso las desocupaciones exprés
En las rebajas fiscales, Junts ya se destapó votando muchas iniciativas junto con el PP y como resultado acabó con el impuesto a las energéticas, si bien dejó el de la banca.
Fiscalidad en Cataluña
Otros caballos de batalla en el área de la fiscalidad son eliminar Sucesiones, pero esa era una batalla que ya se arrastra desde los tiempos de CDC. En términos fiscales, el modelo de Junts para Cataluña se parece más al de Isabel Díaz Ayuso en Madrid que al que hay hasta ahora en la comunidad autónoma catalana, donde sus ciudadanos soportan una mayor presión fiscal.
El giro a la derecha de Junts hace que coincidan las agendas políticas de Junts y del PP y no sólo en una cuestión esporádica, como era la ampliación del aeropuerto de El Prat. Con la actual marcha de la política catalana, esta situación podría extenderse a otras cuestiones.
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