Al margen de sus aclamados libretos para películas y obras teatrales, Feiffer destacó como un dibujante clave de la contracultura, conocido por sus viñetas satíricas y despiadadas.
Este 17 de enero falleció en Nueva York, por una insuficiencia cardíaca, Jules Feiffer. Así lo confirmó su esposa JZ Holden al Washington Post, cuando transcurrían cerca de ocho años del último crédito de Feiffer para la gran pantalla: fue como guionista de Bernard and Hue, comedia dirigida por Dan Mirvish y protagonizada por Jim Rash y David Koechner. Pero la de guionista era solo una de las muchas facetas donde destacó Feiffer, siendo un icono de la contracultura en los años 70.
Feiffer se formó como dibujante en los años 40, poniéndose a las órdenes del legendario Will Eisner para alrededor de 1956 empezar a firmar tiras cómicas en The Village Voice. Entonces Feiffer mostró una atención especial a la guerra de Vietnam, empleando un humor eminentemente corrosivo para criticar al gobierno de los EEUU. Sus viñetas no tardaron en saltar a otras cabeceras como Esquire o el New Yorker.
A fines de esa década desarrolló la historia de un niño de cuatro años que entraba en el ejército estadounidense. Esta idea germinó en Munro, obra dirigida en 1959 por Gene Deitch que ganaría el Oscar a Mejor corto de animación y animaría a Feiffer a hacer más cosas para el cine. Entonces ya había sido nominado al Tony por escribir el guion de una obra de teatro, Knock Knock, y su conocimiento de las viñetas le habían llevado a escribir un influyente ensayo, The Great Comic Book Heroes.
¿Cómo de influyente? Pues como para que Quentin Tarantino se sirviera de él en una famosa escena de Kill Bill: Volumen 2, cuando Bill (David Carradine) reflexionaba en un monólogo sobre las particularidades de Superman como justiciero: esa idea del álter ego pertenecía a Feiffer. Más allá de los cómics, llegado 1967 estrenó en Broadway otra obra exitosa, Little Murders, y se cruzó en el camino de Mike Nichols.
A principios de la década siguiente Feiffer ideó una historia que Nichols podría dirigir sobre las tablas, pero una vez recibió el libreto el director de El graduado le convenció de llevarlo al cine. Así se fraguó Conocimiento carnal, drama erótico que protagonizaron Jack Nicholson y Art Garfunkel y causó bastante revuelo en 1971: mismo año en que también saltaba al cine la citada Little Murders dirigida por Alan Arkin.
Sin alejarse de los cómics, en 1980 Feiffer escribió el guion de la adaptación al cine de Popeye: aquella desastrosa película (hoy de culto) que dirigió Robert Altman y fue el primer papel de Robin Williams para el cine. Cinco años después Feiffer colaboró con el animador independiente Bill Plympton para el guion de su corto Boomtown, y en 1989 se hizo cargo de escribir para Alain Resnais la comedia francesa Quiero volver a casa.
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
{getToc} $title={Tabla de Contenidos}