"Ojalá se pueda utilizar siempre". Elena, una joven que vive en Madrid, ya se ha acostumbrado al uso del abono recurrente de Renfe para el servicio de Cercanías. También su bolsillo, del que no salen todos los meses unos 23 euros para pagar la tarifa mensual (con descuento) del metro. Ahora prefiere coger "directamente el Cercanías" porque moverse por la ciudad le supone un coste cero. "Lo uso diariamente tanto para trabajar como para ocio", explica, "es muy fácil". Cada cuatro meses compra su abono para viajar de forma ilimitada por 10 euros, una fianza que le será devuelta si cumple con un mínimo de 16 viajes. "En tres meses los cumplo de sobra", cuenta.
Concebida inicialmente como una medida de carácter excepcional para intentar paliar los efectos de la inflación y las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania, el Gobierno aprobó el pasado 23 de diciembre, en su último Consejo de Ministros del año, un nuevo Real Decreto-Ley para prorrogar los abonos gratuitos de Cercanías, Rodalies y Media Distancia convencional durante seis meses más, así como otros descuentos al transporte. Tras más de 850 días desde su puesta en marcha, Renfe mantendrá la iniciativa desde enero hasta junio de 2025. Posteriormente, el Ejecutivo contempla otra serie de ayudas.
"Es una buena medida siempre y cuando se mantenga un servicio de calidad", advierte Tamara, vecina también de Madrid, que ha usado el abono de Cercanías desde que se aprobó por primera vez. Al igual que Elena, utiliza este servicio de forma diaria para ir a trabajar o cuando tiene que desplazarse por otros motivos. Siempre ha cumplido con el mínimo de viajes y, por tanto, recibido su fianza, lo que le ha supuesto que el transporte para ella tenga también un coste cero. Ahora bien, en la práctica, no es oro todo lo que reluce: desde que comenzó a usarlo ha notado "el recorte de trenes".
"Yo hacía el recorrido Nuevos Ministerios-Cantoblanco, y pasé de tener un tren cada 3 o 4 minutos en horas puntas a tener dos trenes en 15 minutos. O los trenes de Colmenar Viejo y San Sebastián salían seguidos y luego transcurrían 9 minutos hasta que pasaban otra vez", explica. Algunos de sus compañeros de trabajo que se sumaron a esta medida dejaron de hacerlo al poco por incompatibilidad. "Si tenían que recoger a los niños, no podían fiarse de los horarios de los trenes", cuenta Tamara, que además comenzó a notar "que los trenes iban cada vez más llenos y había más aglomeraciones". "Es muy útil, pero si la prórroga es a costa de reducir frecuencias de trenes, que haya retrasos y aglomeraciones, entonces no creo que sea una buena medida", subraya.
La puesta en marcha de la gratuidad del transporte público, en los casos de Cercanías, Rodalies y Media Distancia convencional, se remonta al 1 de septiembre de 2022, cuando el Gobierno aprobó los reales decretos ley 11/2022 y 14/2022 en el marco de su Plan Nacional de respuesta a la situación económica tras la pandemia y la guerra de Ucrania. Desde entonces, la venta de los abonos recurrentes se ha prorrogado hasta tres veces: la primera vez el 27 de diciembre de 2022, cuando el Consejo de Ministros los extendió durante todo el 2023, repartidos en cuatrimestres; la segunda el mismo día pero del año siguiente, manteniéndose igualmente durante doce meses más; y, la última, el pasado mes de diciembre, sumando seis meses más.
Estos títulos gratuitos pueden adquirirse a través de Renfe tras realizar el pago de una fianza (10 euros en el caso de Cercanías y 20 euros en el caso de los servicios de Media Distancia) que es devuelta una vez concluido el periodo de cuatro meses en aquellos casos en los que se cumplan un mínimo de 16 viajes. Desde el inicio, la medida fue muy bien acogida, emitiéndose casi 2,5 millones de abonos gratuitos o con descuento en el primer cuatrimestre que estuvo vigente. Cifra que se ha mantenido con el paso del tiempo, a pesar de que en el Cercanías se produjeran quejas por aglomeraciones y bajas frecuencias, y en los servicios de Media Distancia apareciesen los viajeros fantasma.
"Sale lleno y he venido sola"
Silvia, que tras terminar sus estudios en Salamanca se mudó a Madrid por motivos laborales, ha obtenido el abono recurrente para poder viajar entre su ciudad y la capital desde que se puso en marcha. Lo hace, normalmente, los fines de semana o en fechas señaladas, lo que la obliga a pegarse al móvil para poder reservar plaza. "Para ir a Salamanca siempre encuentras hueco, igual no en el horario que quieres, eso sí, pero para volver a Madrid... nunca hay, estás hasta el último momento buscando y lo peor es que si consigues, al subir al tren, te das cuenta de que hay asientos vacíos. Me ha pasado de no conseguir plaza y que viaje algún amigo y decirme: 'voy al lado de asientos vacíos'", relata. En su caso, más de una vez ha tenido que volver en autobús.
"Ha habido veces que sí que he tenido que cambiar el horario del viaje o incluso recurrir al coche porque todas las plazas del tren estaban ocupadas y durante varios días no encontraba ninguna libre", explica Andrea, que usa la línea de Media Distancia que conecta Madrid con Jaén para volver los días que no trabaja en la capital a casa con su pareja y ver a sus familiares. "Se necesita una mejora en los trenes, la frecuencia y los horarios", demanda Pablo, estudiante que también ha sufrido dificultades a la hora de reservar plaza. "Cuesta mucho coger los viajes, este último cuatrimestre lo dejé de usar por eso", explica, por su parte, Beatriz. "Ha habido veces que sale lleno en la aplicación a la hora de reservar y he venido sola en el vagón con dos personas", afirma Candela, otra usuaria de la conexión Madrid-Salamanca.
Casi todos coinciden en el diagnóstico de lo que ocurre: mala organización de las plazas, abuso en el uso de los abonos y falta de frecuencias o refuerzos en los días en que más viajeros se concentran. Ellos, en caso de necesidad, han recurrido a otras vías de transporte, pero hay otros que deciden subirse al tren sin billete. "Valorarlo, lo he valorado muchísimo, pero nunca lo he hecho", confiesa Candela. "Ha pasado varias veces, y si hay revisor te obligan a comprarlo dentro", cuenta Andrea. Una vez que el tren ha salido ya no se puede formalizar con el abono y toca pagarlo. El Confidencial ha podido constatar que aunque el tren aparezca completo, los viajeros pueden adquirir un billete a bordo "porque siempre falla alguien". "Os hacen la puñeta al resto porque, aunque se penalice, sigue pasando", señala un trabajador de Renfe, que explica que en caso de estar el tren completo, como suelen tener varias paradas, hay viajeros que suben y bajan, por lo que como mucho te toca estar "un rato de pie".
Renfe ha intentado paliar el uso irregular que cometen ciertos viajeros con cambios en las condiciones de estos títulos, llegando a descender los casos de abuso del 20% al 2,5%, según sus datos publicados en 2023. Ese año, al detectar que existían usuarios que bloqueaban billetes de más para conseguir cobrar la fianza e impidiendo a otros viajar, se determinó que los abonos de cada trayecto serían válidos para realizar hasta cuatro viajes en ambos sentidos en cada cuatrimestre, y no se podrían formalizar dos viajes en el mismo sentido hasta que trascurra el triple del tiempo del viaje programado. Además, se anularía el abono y no se expedirá otro asociado a ese DNI en 30 días desde la retirada a aquellos que, al menos en tres ocasiones, no hayan cancelado con un mínimo de dos horas de antelación. Con la nueva prórroga, dichas condiciones siguen en vigor, salvo el tiempo de anulación que se ha reducido a 60 minutos, según la web de la empresa ferroviaria.
"Aunque la gente suelte su plaza, hay veces que es en el último momento", lamenta Beatriz. "No se debería permitir reservar tantas a tan largo plazo porque muchos pillan por si acaso y cuando la sueltan a ti no te da ni tiempo a organizarte", señala Silvia, que cree que ahí ya entra en juego también "la responsabilidad de cada uno". "Merece la pena, pero todos sabemos en el país en que vivimos", afirma Candela. A pesar de todo lo relatado, los viajeros consultados consideran que la medida es muy beneficiosa y que les supone un ahorro considerable. "Nunca me han devuelto la fianza, pero con un par de viaje se amortizan los 20 euros", afirma Beatriz. "Sin el abono, el tren es muy caro para un estudiante", afirma Pablo, a quien gracias a la iniciativa "le es asumible viajar en Media Distancia". "La gente se aprovecha, pero a mí me ha ahorrado muchísimo dinero", expresa Silvia. "Es una buenísima idea, me ha ayudado muchísimo económicamente", declara Andrea.
Al cierre del 2024, según los datos proporcionados por Renfe, se emitieron un total de 467.970 abonos Avant, 5.298.371 para Cercanías y 1.923.787 para Media Distancia, lo que supone en torno a más de 2,5 millones de personas beneficiadas por cuatrimestre, siendo casi 1,8 millones solo en los servicios de Cercanías. El ahorro para una familia (una pareja con dos hijos mayores de 14 años) que haya utilizado el tren de Cercanías en Madrid ha sido de 3.297 euros, 274,7 euros al mes, según las estimaciones del Ministerio de Transportes. En el caso de un viajero de Media Distancia, este ha podido ahorrar más de 1.250 euros al año, en función ya de las veces que haya viajado.
Una vez finalice la última prórroga aprobada, el Gobierno ha anunciado la creación de un único billete de Cercanías para todas las zonas y núcleos de España por 20 euros al mes, la gratuidad de todo el transporte público colectivo para menores de 15 años, descuentos especiales para jóvenes y tarifas reducidas para el resto de usuarios recurrentes. Los abonos de Media Distancia convencional tendrán descuentos del 40% y serán gratis para los niños. Para los jóvenes de entre 15 y 25 años, la rebaja será del 50%.
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