La mayoría progresista del Tribunal Constitucional se alió esta semana para respaldar la expulsión de uno de los magistrados del bloque conservador, José María Macías, en lo afecta a la cuestión de inconstitucional que presentó el Tribunal Supremo en contra de la ley de amnistía. La decisión refuerza la mayoría del sector más cercano a la izquierda y deja en franja debilidad al de la derecha. Los conservadores trataron de resistir a lo largo de tres horas de pleno pero no lo consiguieron. Ahora se preparan para el segundo asalto. Según aseguran varias fuentes jurídicas consultadas, consideran que esta decisión solo afecta a la acción promovida por el TS y no es extensiva a los recursos de inconstitucionalidad que presentaron multitud de comunidades autónomas y el PP.
Justo lo contrario a esto defienden fuentes del otro sector. Los progresistas señalan que lo razonable es que la decisión adoptada se extienda a las demás impugnaciones contra la amnistía. La forma más "sencilla" es la abstención del propio Macías, algo que no prevé llevar a cabo. Se estudian otras opciones como que se aplique directamente a las demás cuestiones y recursos de inconstitucionalidad contra la amnistía sin necesidad de que haya recusaciones de parte contra el magistrado conservador.
En lo que afecta a los recursos, las tornas cambian. En la cuestión de inconstitucionalidad, fueron la Abogacía del Estado y la Fiscalía las que promovieron y apoyaron la recusación de Macías, el más nuevo de los magistrados conservadores y uno de los más temidos, a la vista del aluvión de escritos contra su presencia en la deliberación que recibió, entre ellos uno de Carles Puigdemont que le acusa de amistad con el instructor del procés, Pablo Llarena.
Los interesados en la tanda de recursos de inconstitucionalidad son otros. Es más bien dudoso, por no decir imposible, que las comunidades autónomas con gobiernos populares y el partido de Alberto Núñez-Feijóo vean con buenos ojos que Macías quede expulsado. No solo eso. Lo más probable es que se resista a su salida con todas las armas a su alcance sin que sea descartable un recurso a la Justicia europea.
Criterio restrictivo
Los conservadores consideran que se ha aplicado a Macías un criterio mucho más restrictivo que en anteriores ocasiones. Por ejemplo, recuerdan el caso de Concepción Espejel, magistrada también conservadora, a quien no se le permitió retirarse de la decisión por la ley del aborto a pesar de que, como vocal del Consejo General del Poder Judicial, se había mostrado contraria a su aprobación. "No te gustan las reglas, no te preocupes, tengo otras", lanzan parafraseando la expresión que se atribuye a Groucho Marx.
También se refieren a que se han estirado las costuras en el caso del recurso del fiscal general. Según defienden, el escrito del fiscal general del Estado se presentó tarde y fuera de plazo, justo al contrario del de la Abogacía del Estado, cuya recusación fue inadmitida por precipitación. Presentó su escrito antes de que el Pleno se hubiera pronunciado acerca de la admisibilidad a trámite del recurso en cuestión.
La mayoría progresista del TC tomó la decisión de tachar a Macías de la ecuación al considerar que tuvo "participación directa o indirecta en el asunto objeto del pleito y causa" y que, con ocasión de su cargo de vocal en el CGPJ pudo “tener conocimiento del objeto del litigio y formar criterio en detrimento de la debida imparcialidad”. Apunta que ambas son causas de recusación en la Ley Orgánica del Poder Judicial.
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