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Carlos Alsina, Premio Ondas 2024El aplaudido monólogo de Alsina sobre lo que está sucediendo con Aldama en España
Los jefes de gabinete, esas figuras omnipresentes en las instituciones españolas, han sido el tema central del último monólogo de Carlos Alsina en Más de uno esta mañana. Con su habitual ironía, el periodista describia a estos cargos como una "plaga" que ha proliferado hasta en las estructuras más pequeñas del poder político. "¿Por qué financiar mercenarios de partido?", planteó Alsina.
Alsina destacó cómo algunos jefes de gabinete asumen funciones que van más allá de sus responsabilidades oficiales. Desde dirigir campañas electorales de partidos políticos hasta filtrar información a los medios, estos cargos a menudo cruzan límites y benefician intereses partidistas, difuminando la línea entre lo público y lo privado.
El periodista también abordó el caso del jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, conocido como "MAR". Rodríguez está citado a declarar como testigo ante el Tribunal Supremo por su presunta implicación en la difusión de correos confidenciales. Alsina planteó una pregunta clave: "¿Puede actuar como publicista?", cuestionando si este papel está dentro de las funciones de un servidor público.
El comentario de Alsina coincidió con la polémica en torno al relevo en la Secretaría de Estado de Comunicación, donde una filtración accidental reveló un argumentario oficial destinado a la ministra portavoz del Gobierno. Según Alsina, "lo peor son las respuestas preparadas", que suelen evitar las cuestiones planteadas.
Con un tono crítico, el periodista instó a replantear el papel de los jefes de gabinete en el panorama político español. Entre las preguntas que dejó en el aire, resaltó si su función justifica los salarios públicos que perciben o si, por el contrario, "deberían rendir cuentas claras" por sus acciones.
Alsina cerró su reflexión con un comentario mordaz sobre la ministra portavoz Pilar Alegría, quien, tras semanas defendiendo la inocencia de miembros del Gobierno, parece haberse retirado de su papel de "jueza de guardia". "Emitir sentencias nunca fue su papel", concluyó, dejando clara su postura sobre los límites éticos en el poder público.
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