Víctor de Aldama continuó este lunes poniendo, ladrillo a ladrillo, los cimientos de una confesión que se ha convertido más bien en una acusación directa contra el PSOE. Acudió al Tribunal Supremo como imputado y ahondó un poco más en lo que empieza a adquirir visos de convertirse en el mayor frente para el Gobierno, rodeado por escándalos judiciales. La novedad principal es que, ante el juez instructor y la Fiscalía, dio el paso que faltaba y aseguró que sus contactos en el Ejecutivo le aseguraron en repetidas ocasiones que una parte de las comisiones que entregaba iban para el partido. Anticorrupción da credibilidad a su relato y considera que estuvo "convincente".
El panorama que ha comenzado a esbozar el comisionista es el de una financiación ilegal basada en lo que le transmitían José Luis Ábalos y Koldo García. Por una parte, indicó que la formación se embolsaba entre un 1 y 1’5 por ciento de comisión por obra que supuestamente se extraía de las cantidades que él abonaba con intención de asegurarse a futuro la licitación. Por otra, detalló un poco más la alusión a los "cupos vascos" con los que relaciona al secretario de Organización, Santos Cerdán, y dijo que este tenía compromisos propios en el reparto de obra pública. Aquí, eso sí, no concretó si a cambio existían contrapartidas.
La Fiscalía valora, por una parte, la precisión de algunas de sus manifestaciones y cómo estas coinciden con indicios que ya constan en el sumario y que llamaron la atención de la Unidad Central Operativa. Por ejemplo, ha concretado detalles sobre el negocio de las mascarillas que concuerdan con las conclusiones de la Guardia Civil. Ha indicado que su labor en aquellos contratos fue de intermediación y que cobró por ella cinco millones de euros.
Por otra, destacan el reconocimiento de delitos ampliados que no solo afectan a terceros, sino también a él mismo, que actuaba como enlace y se llevaba, por ello, un pico. Precisó que se pagaron entre 3,5 y 4 millones de euros en comisiones por la adjudicación de obras públicas y, a continuación, detalló que su función era la de transmitir a las empresas de su órbita en qué demarcaciones y a qué obras se podían presentar. Por esa labor percibía miles de euros. Con la confesión agrava, aún más, los delitos de cohecho de los que se le acusaba en inicio.
En este contexto ha aportado pantallazos extraídos de conversaciones de WhatsApp con Koldo García en los que ambos hablaban sobre la obra pública. Ha especificado que el asesor de Ábalos le enviaba fotos de anotaciones escritas para avisarle en aquel momento de que esas licitaciones se iban a adjudicar. De ese modo, las empresas interesadas podían prepararse para presentar una buena oferta técnica. El aviso descrito servía también en ocasiones para que las compañías concurrieran en función de los términos estipulados que conocían con antelación. También "para que fueran preparando la comisión", lanzó.
Además, ha precisado que en muchas de las ocasiones el contrato adjudicado no era el principal, sino otros secundarios de ampliación, modificación o reparación. El listado es largo: Levantina, Lantania, HCH, AZVI, OPR, Áridos, Sortis... Sus manifestaciones provocarán una revisión de la obra repartida a partir de 2019 y su coincidencia con este aviso de manipulación. Aldama insiste en que el móvil que se le incautó el pasado noviembre contiene conversaciones completas en las que se podrán comprobar sus afirmaciones.
Contraste con Ábalos
La sensación del Ministerio Público tras la declaración contrasta con la que provocó la declaración de José Luis Ábalos el pasado jueves. En ese caso, sus continuas negaciones y la intención permanente de depositar la responsabilidad en Koldo no se consideraron verosímiles. La prueba aportada fue, además, escasa y basada casi en su totalidad en periciales de parte, contratadas por el propio exministro.
La reacción del Ejecutivo no se hizo esperar. Como ya sucediera tras la primera declaración, el partido aseguró que sus manifestaciones contra el propio PSOE y distintos cargos del partido son "falsas". "Se siente obligado a renovar el repertorio de sus calumnias, sin aportar de nuevo la más mínima prueba", destacaron fuentes de la formación que insistieron en su intención de querellarse contra Aldama "por delito de injurias y calumnias vertidas en sede judicial".
Tras Ábalos y Aldama, este martes será el turno de Koldo García que, según asegura su entorno, acude con la intención de seguir la estela de Ábalos. Combinará así la negación respecto a las nuevas acusaciones del comisionista con la aceptación de la culpa en aquello que no puede negar, como por ejemplo, su intervención en el pago mensual del piso de la novia de su jefe.
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