Esta afección, que se desarrolla en el cuello del útero, puede ser diagnosticada por diferentes causas, siendo una de las más comunes una infección de transmisión sexual.
El cáncer de cérvix es la cuarta neoplasia más frecuente en mujeres, según el Instituto Nacional del Cáncer. Una de las principales causas de su desarrollo se debe al Virus del Papiloma Humano (VPH), sin embargo, otras infecciones como la cervicitis pueden también triplicar el riesgo de padecerlo. Esta es una infección que se manifiesta inflamando el cuello del útero y por lo general se presenta por una infección de transmisión sexual (ITS). Según el Ministerio de Sanidad en España el año pasado se diagnosticaron un 6,1% de casos.
¿Cuáles son sus causas?
La cervicitis puede ser o no ser infecciosa. Tal y como apuntan desde el portal médico Mayo Clinic, las causas de su aparición pueden ser por tres motivos:
Por un lado, y como ya se ha comentado, por una infección de transmisión sexual. Desde la Biblioteca Nacional de Medicina señalan, sobre todo, a la clamidia, gonorrea, tricomoniasis, el virus del herpes simple genital y el VPH.
Pero, por otro, puede deberse a una reacción alérgica. Desde Mayo Clinic señalan los espermicidas o el látex de los preservativos como una de las causas. Además, podría estar provocada por el contacto de los productos de higiene femenina en duchas vaginales (para nada recomendadas por ningún expertos) o el uso de desodorantes en la zona.
Un sobrecrecimiento de bacterias en la vagina también puede inflamar el cuello del útero. Estos casos se denominan vaginosis bacteriana, que se produce por las bacterias que de normal presenta la flora vaginal de las mujeres, propensas, en muchos caso, a alterarse y producir molestos síntomas.
Estos son los primeros síntomas de la cervicitis
La cervicitis puede no presentar en muchos casos síntomas, según apuntan los expertos. Por tanto, a menudo, se suelen detectar en exámenes médicos que con periodicidad se realizan las mujeres. Sin embargo, hay ocasiones en las que estos signos sí pueden mostrar molestias. Tal y como apuntan en Mayo Clinic, la paciente puede experimentar:
- Cambios en la cantidad de flujo, que suele ser abundante.
- Micción u orinar de forma frecuente y de forma dolorosa.
- Dispareunia o dolor en relaciones sexuales e incluso sangrados.
- Sangrados vaginales no relacionados con la menstruación.
Los expertos recomiendan alertarse, sobre todo, si se presenta dolor en la actividad sexual y sangrados inusuales.
Complicaciones para la fertilidad o riesgo de cáncer
El factor de riesgo más clave en la cervicitis, de forma clara, es la de tener relaciones sexuales sin protección. Las ITS o ETS pueden presentar muchas más complicaciones que un inflamación del cuello del útero. De hecho, esta parte de la anatomía está pensada como barrera protectora del útero.
Por ello, presentar esta infección aumenta el riesgo de que esta se traslade al útero y de ahí a las trompas de Falopio o los ovarios, provocando así una enfermedad inflamatoria crónica a nivel pélvico o incluso problemas de fertilidad.
Además, las lesiones del cérvix y del útero relacionadas con infecciones como el VPH u otras ETS pueden dar lugar a la aparición de células cancerosas. Es por ello que se insta a las mujeres a usar métodos preventivos pero, también, a ser revisadas ginecológicamente con asiduidad. La cervicitis puede ser tratada mediante antibióticos, según la causa que la provoque.
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