Vox aprieta, pero no ahoga. El partido que dirige Santiago Abascal tiene la llave para que Carlos Mazón siga gobernando en la Comunidad Valenciana y para hacer o no viable un hipotético relevo político en la Generalitat. Sus 13 diputados en las Cortes son indispensables para intentar estabilizar una legislatura que estará inevitablemente marcada por la reconstrucción tras la DANA y por la erosión de la imagen del president tras su cuestionada gestión en las horas más críticas de la emergencia. Y en la dirección nacional del partido, de donde emanan todas las decisiones de sus satélites territoriales, no presionarán al valenciano para que dé un paso al lado.
En el partido ultraconservador no son ajenos al fuerte malestar social por los "errores" del Govern, que también perciben entre sus propios votantes. Por eso no perderán la oportunidad de fiscalizar a Mazón para que rinda cuentas más allá de la relevante comparecencia que protagonizó el pasado viernes en las Cortes. Como adelantó El Confidencial, el partido va a solicitar una comisión de investigación para "depurar todas las responsabilidades" en la gestión del Consell, una iniciativa que también defiende Compromís y que el propio Mazón hizo propia el pasado viernes. Pero la tesis, por ahora, pasa por no dejar caer al presidente valenciano.
En la dirección de Vox entienden que una maniobra de esas características desviaría el foco de los que, a su juicio, son los "verdaderos responsables" de la catástrofe, en alusión al Gobierno central. "El que primero se mueva es el que asume toda la responsabilidad. Si [Mazón] dimite o si su partido le deja caer, estarían asumiendo que tiene toda la culpa de lo sucedido", analizan las fuentes consultadas, donde aseguran que sus votantes comparten éste análisis.
Los de Abascal insisten en distinguir entre la "incompetencia" de la Generalitat y la "criminalidad" con la que, a su parecer, actuó el Ejecutivo de Sánchez por no asumir el mando en la crisis en un "nauseabundo cálculo político". De hecho, el primer paso de Vox tras la crisis fue la presentación de una querella contra el presidente del Gobierno por "homicidio imprudente" y "omisión del socorro" en la DANA. Además, la comisión de investigación anunciada por Vox no sólo estará dirigida a Mazón y su Consell, sino que también solicitarán la comparecencia de miembros de entes estatales, como la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar.
La dirección del partido ha señalado desde el principio a la actuación del equipo de Mazón en las horas clave de la tragedia, por encima de la gestión del propio presidente de la Generalitat. Por eso, para Vox era clave que el dirigente valenciano depure responsabilidades y fuerce una remodelación interna, un extremo con el que también presionaba la propia cúpula de Génova. Feijóo monitorizó la comparecencia de Mazón en las Cortes para intentar aplacar, al menos parcialmente, la enorme presión interna sobre el dirigente valenciano.
El presidente de la Generalitat está decidido a aguantar. Y pese a esa determinación, en el partido sigue sin descartarse su salida en el medio o largo plazo, al ver "imposible" que el dirigente pueda restaurar su liderazgo. El debate sobre su sucesión ya se ha abierto en el PP valenciano, donde miran de forma inequívoca a la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, como único recambio posible. Pero el éxito de una vía alternativa depende de que Vox preste sus votos.
Aunque entienden que aún es pronto para pensar en encuestas por la "conmoción" de la tragedia, los de Abascal no son ajenos a la posibilidad de recuperar músculo electoral por la probable erosión de la marca del PP tras el impacto humano, moral y material de unas inundaciones que han dejado más de 200 muertos. Por eso mide bien sus movimientos. Por el momento, en la dirección de Vox no entran en el hipotético escenario de que el PP promueva a Catalá al frente de la Generalitat y, en línea con la estrategia de Génova, sostendrán al dirigente valenciano y dispararán contra el Gobierno.
Dirigentes del PP consultados por El Confidencial asumen, no obstante, que la DANA ha cambiado por completo el panorama político en la Comunidad Valenciana, y que el partido ultraconservador volverá a tener un papel absolutamente protagonista en sus decisiones políticas u orgánicas. El PP no tiene mayoría absoluta desde la salida de Vox del gobierno autonómico, que decretó Abascal de forma unilateral el pasado mes de julio por la batalla de la inmigración. De hecho, PSPV y Compromís suman más escaños que el propio Mazón.
Los socialistas ya comprometieron su respaldo a los presupuestos autonómicos del PP para dar "prioridad" a las medidas de reconstrucción, una maniobra que en el PP nacional se entendió como un elemento de presión de Sánchez a Feijóo para que éste haga lo propio con las cuentas públicas nacionales, estancadas por la inestabilidad parlamentaria del Ejecutivo. Pero Mazón sí necesitará los 13 diputados de Vox para esquivar los obstáculos parlamentarios de la izquierda para que abandone el cargo o para sacar adelante futuras medidas legislativas en un momento absolutamente clave para la Comunidad Valenciana.
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