El fallo más habitual (y más perseguido) a la hora de pasar la ITVCuidado si tienes uno de estos coches: un fallo en los frenos te hará pasar por el taller
La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un control obligatorio en España para verificar que los vehículos cumplen con los requisitos de seguridad y emisiones. La normativa establece que todos los vehículos, una vez alcanzada cierta antigüedad, deben someterse a este trámite de manera periódica. Con esto, las autoridades buscan asegurar que los coches que circulan por las carreteras no representan un riesgo para la seguridad vial.
Los plazos de revisión para turismos dependen de la edad del vehículo. Para los coches de entre cuatro y diez años, la revisión debe realizarse cada dos años. Aquellos que superen los diez años deben pasar la ITV de forma anual. Estos plazos pretenden adaptarse al desgaste natural que sufre un vehículo con el tiempo, ya que cuanto más antiguo es un coche, mayores son las probabilidades de que presente fallos.
Entonces, ¿es posible conducir un coche sin haber pasado la ITV? Según la normativa vigente, circular sin ITV válida es una infracción que puede llevar a sanciones económicas. Esto significa que, a efectos legales, cualquier conductor debe asegurarse de tener la ITV al día antes de circular. Sin embargo, existen algunas circunstancias que influyen en las multas y sanciones que pueden aplicarse.
Conducir con la ITV caducada puede resultar en una multa de 200 euros. Esta sanción se aplica automáticamente si un agente de tráfico verifica que la ITV ha expirado. En algunos casos, además de la multa, las autoridades pueden retirar el permiso de circulación del vehículo. El conductor, en estos casos, recibe un documento que permite llevar el coche únicamente a un centro de revisión en un plazo máximo de diez días.
La situación se agrava si la ITV resulta negativa. Un resultado negativo indica que el coche presenta defectos muy graves que lo hacen inseguro para circular. En este caso, no solo se prohíbe el uso del vehículo hasta su reparación, sino que la multa se eleva a 500 euros. El coche debe ser reparado y aprobado nuevamente en la ITV antes de volver a las vías públicas.
Por otro lado, si la ITV es desfavorable, significa que el coche tiene defectos graves que deben arreglarse, aunque no impiden su uso temporal. En este caso, el vehículo puede circular, pero solo para desplazarse al taller donde se harán las reparaciones necesarias. Si se utiliza para otros fines antes de solucionar los fallos, el conductor se enfrenta a una multa de 200 euros, similar a la sanción por ITV caducada.
En conclusión, la ley es clara: todos los vehículos deben tener la ITV vigente para circular. Conducir sin pasar este control no solo implica sanciones económicas, sino también riesgos en términos de seguridad. Mantener la ITV al día es, por tanto, una responsabilidad que contribuye a la seguridad de todos los usuarios de la vía y evita problemas legales para el propietario del vehículo.
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