Los grupos de redes que destapan infieles y maltratadores


         Los grupos de redes que destapan infieles y maltratadores

En redes sociales, las mujeres se organizan para compartir identidad y experiencias con sus parejas (o exparejas) y prevenirse entre ellas.

Los sentimientos de confusión, enfado y decepción que han seguido a la noticia de la dimisión de Iñigo Errejón, no vienen de ahora. Ya con el brutal caso de Dominique Pélicot muchas no podíamos dejar de pensar "¿Y si el mío también?".

Pero claro, ¿cómo saberlo? Si Gisele -y el mundo- se ha enterado de pura casualidad, parece difícil confiar ciegamente en la palabra de la persona que tenemos al lado. De hecho, en este momento de recelo, parece que cobran más sentido que nunca los grupos de Facebook "Are we dating the same guy?".

En estas páginas, especialmente populares en Reino Unido, y a modo de tablón de anuncios, las participantes comparten fotos e información de los hombres con los que están saliendo. Es decir, no solo es una manera de averiguar si están relacionándose a la vez con el mismo hombre, también de saber si alguna ha sufrido una mala experiencia con ellos.

Con más de 30.000 seguidoras, el "Are we dating the same guy?" que me aparece recomendado por la app de Meta, fue creado hace un año y alcanza casi los 800 posts al mes.

"Hicimos match en Bumble, pero no era él. ¿Alguien sabe si el chico de las fotos es real?", "Cuidado, busca mujeres vulnerables" o "Le he pillado en la cama con otra mujer" son algunos de los pies de foto que se pueden leer debajo de las imágenes.

En este grupo, pero también en el de Australia, Washington DC o Nueva York, no solo se intercambian información a velocidad de un clic, también sirve como apoyo para desahogarse y dar consuelo a las que cuentan alguna terrible anécdota.

"El silencio es el pacto de los hombres, hablar es el compromiso de las mujeres", es la frase que utilizó Noor Alamarty en uno de sus artículos, frase que, en estos grupos se convierte en la máxima por excelencia.

Y es que el caso del político español ejemplifica, una vez más, que da igual la ideología política o el discurso, al final nos enfrentamos a algo estructural de lo que solo podemos encontrar apoyo cuando son varias voces de mujeres las que se suman a la nuestra.

Lo que también me recuerda al caso de aquel seguidor, un desconocido con el que no había cruzado más de unas cuantas frases en meses, que de repente se me insinuó sexualmente de una manera muy violenta.

Bloquearle no me pareció suficiente, así que miré qué mujeres podíamos tener en común para advertirlas de la manera en la que su contacto se dirigía a otras y, al menos, que estuvieran al tanto.

Pero volviendo a la versión inglesa de "Are we dating de same guy?", conozco a Mike, un cuarentañero de sonrisa amigable, a Doug en sus veinte o Terry, de 37 años, algunos de los hombres que desfilan online (este último con la advertencia de que tiene otras dos novias y que te usa por tu casa, coches y dinero, por cierto).

Revisando el tablón público me acuerdo de lo que me escribió otro seguidor sobre Errejón: "Lo que tampoco me parece normal es este linchamiento público, es la justicia la que debe actuar", dijo.

Pero claro, sin la exposición de Cristina Fallarás en su página, donde lleva más de un año publicando testimonios anónimos, no habría empezado a girar la rueda. No se habrían animado otras mujeres víctimas a contar sus experiencias con el exdiputado y, al mismo tiempo, no habría habido una respuesta masiva de repulsa en nuestros respectivos perfiles de redes sociales.

Sin el 'linchamiento', que sería más bien señalamiento público, no nos sentimos arropadas a la hora de exponer nuestras violencias porque, de no hacerlo, la alternativa es quedarnos calladas y garantizar la impunidad de los agresores. En el silencio no nos vemos reflejadas en otras historias, no se nos desbloquean recuerdos que estaban tapados ni somos conscientes de los hombres que tenemos a nuestro lado, que pueden quedar al descubierto por otra compañera.

Y eso sin contar que cuando hablamos de comportamientos cuestionables en el ámbito sentimental, como los que narran las participantes en "Are we dating the same guy?" la justicia no va a hacer nada por que te sean infiel o se aprovechen de que puedes invitarle a cenar.

Habrá quien vea un circo mediático en lo que no es más que la exigencia de justicia, reparación o al menos, desahogo, pero no es solo eso. Hace falta que se haga a la vista de todas para saberlo.

Con la cantidad de casos que salen, los que reivindican el cada vez más trillado "Not all men" se están quedando en un grupo cada vez más reducido de hombres buenos.

Alguien tiene que prevenirnos del resto de ellos y solo quedamos nosotras para protegernos.

{getToc} $title={Tabla de Contenidos}

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Formulario de contacto