Las aulas de la Universidad Pública de Navarra acogieron este martes a primera hora de la mañana a unos alumnos muy distintos de los que habitualmente suelen frecuentar el centro. 82 profesionales de la seguridad privada de ocio nocturno acudieron al aulario para realizar el examen teórico habilitador de la Comunidad foral para porteros de discoteca. Un dispositivo de la policía autonómica vigilaba a los candidatos en la facultad. Además, el área de apoyo tecnológico del cuerpo también se personó para controlar el uso de dispositivos electrónicos. Muchos candidatos se mostraban nerviosos por el ambiente de formalidad que se respiraba en las aulas. El perfil de quienes se han presentado ha sido bastante variado: tanto españoles como extranjeros, y por género, prácticamente hay paridad, informan los coordinadores del test. Es la primera vez que el Gobierno de Navarra organiza estos exámenes desde que se aprobó en 2011 el Decreto foral de regulación de accesos.
Es una prueba que desde hace muchos años reivindican las asociaciones de ocio nocturno de la ciudad porque quieren dejar de lado el estereotipo de "matón" y tener más protección. Para Javier Ojer, director del Servicio de Desarrollo de las Políticas de Seguridad, el área del Departamento de Interior encargada de realizar el test, tiene cierto carácter personal. Fue una de las grandes reclamaciones que hizo Carlos Amorín, antiguo presidente de la Asociación Foral de Porteros, quien con 42 años, perdió la vida mientras trabajaba hace ahora un año. De hecho, solo unas semanas antes había concretado una reunión con Ojer para tratar el asunto. A partir de aquel trágico suceso, el departamento de Interior asumió como vital que los trabajadores conocieran unas pautas y que estuvieran de algún modo, regulados.
"Han tardado 13 años y aun así lo vemos como un gran paso", cuenta Valentín Cocos, portavoz de la Asociación Foral de Porteros, pero recalca: "Lo malo es que a la larga va a ser insuficiente". Esta organización nació con el propósito de que los "gorilas y matones" dejaran de ser porteros de discoteca. "Solo queremos ir a trabajar y volver a casa. No queremos que se nos meta a todos en el mismo saco, por ello nuestros asociados deben llevar a cabo buenas praxis y compartir nuestros valores", subraya Cocos.
Desde la organización ven esta nueva prueba como una zancada hacia ese reconocimiento de profesionalidad y el camino para dejar a un lado a aquellos porteros con actitudes violentas, porque entre los requisitos para poder hacerla está carecer de antecedentes penales. Sin embargo, Valentín Cocos reconoce que aún están desprotegidos jurídicamente: "Muchas veces la gente se pasa y entra en conflicto con nosotros. Estamos ahí para proteger al ciudadano, pero no tenemos el aforamiento que ampara a los policías", insiste y continúa: "Obviamente, no somos lo mismo, pero sí que reivindicamos un escalón menor y que nos proteja. No puede salir tan barato matar a un portero. El examen es el camino".
Muchos candidatos llegaban este mares a la universidad casi como si fueran a una oposición. Entre algunas preguntas del temario están artículos concretos de la Constitución Española, la Ley Foral que regula los espectáculos públicos y actividades recreativas, conceptos básicos de primeros auxilios, nociones sobre medidas de seguridad en los establecimientos, el Reglamento de Armas, la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia Frente a la Violencia o la Ley autonómica reguladora del estatuto de las personas consumidoras y usuarias. “Son conceptos básicos, de nada sirve que sepan el artículo 20 de la Constitución de memoria; lo importante son las cosas prácticas. Por ejemplo, si pueden entrar menores a centros de ocio, si está permitido fumar…”, incide Ojer, quien además apunta que "la prueba está orientada sobre todo a trabajadores del ocio nocturno como discotecas, pero también será necesaria para aquellos de salas de juegos, bingos o casinos".
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A. Farnós
La prueba consta de 50 preguntas tipo test con cuatro opciones cada una, para las que los candidatos tienen una hora y media. Quienes superen los 25 puntos en el examen, pasan a la siguiente fase: un test psicológico. Esta prueba consiste en un cuestionario de personalidad y de competencias laborales, así como de las aptitudes para determinar la adecuación a las exigencias del puesto de trabajo. La fecha de este segundo examen está aún por determinar, pero desde Interior informan que posiblemente se llevará a cabo en el mes de enero y será en el Instituto Navarro de Administración Pública.
Desde el Gobierno de Navarra se han comprometido a realizar tres pruebas entre julio de 2024 y julio de 2026, momento en el que ya será obligatorio para todos los porteros ostentar el título. De momento, si alguno suspendiera aún tiene la opción de presentarse a las dos próximas convocatorias, que en principio y según informa Interior, se celebrarán en primavera de 2025 y en la de 2026.
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