Dominique Pélicot dice que los abusos que sufrió de niño crearon "una fisura" en él para siempre.
El relato del horror ha tenido un escenario principal durante 11 semanas: el Tribunal de los Criminal de Aviñón (Francia). Allí, durante 48 sesiones, se han podido conocer al detalle los cientos de violaciones a las que fue sometida Gisèle Pélicot, de 72 años, a la que su marido Dominique drogaba para después ofrecerla a decenas de violadores y que este martes ha declarado por última vez en el proceso dejado un mensaje claro: la vergüenza está en el agresor y las violaciones también pueden darse en el seno familiar.
"La cicatriz que han causado no se cerrará nunca", ha sentenciado este martes la mujer, según han recogido los periodistas presentes en la sala, que durante 10 años no fue consciente de haber sido agredida en cientos de ocasiones ya que era sometida a sumisión química. Gisèle no ha dudado así en mirar directamente a los 50 coacusados, contra los que ha arremetido por no haber dado la voz de alarma en el momento de las agresiones. "Siento rabia hacia estos hombres porque en ningún momento pararon, en ningún momento denunciaron. Vinieron a satisfacer sus necesidades sexuales. Podían parar en todo momento y ni uno solo denunció. Eso llama la atención", ha denunciado girándose hacia ellos y señalándolos con el dedo.
Todos tenemos el poder de tomar las decisiones correctas, convertirnos en criminales o en buenos tipos
La víctima, que ha reconocido estar muy enfadada con estos hombres, ha sido atacada por Nadia El Bouroumi, letrada de dos de los procesados, que se ha mostrado contrariada porque Gisèle sienta más rabia hacia los desconocidos que hacia su propio exmarido, también por no mostrarse dramática ante la situación. "Comparto mi risa, no mis lágrimas. De Dominique intentaré conservar lo mejor, no lo peor", ha aseverado. Con respecto al resto de procesados, Gisèle ha insistido en que tuvieron la oportunidad de denunciar: "Todos tenemos el poder de tomar las decisiones correctas, convertirnos en criminales o en buenos tipos".
"He perdido diez años de mi vida que nunca recuperaré", ha subrayado Gisèle, que ha recordado que ahora tiene 72, y además ha calculado que durante los casi 10 años que se prolongaron los abusos organizados por su marido pudo haber sufrido unas 200 violaciones, la mayoría perpetradas por el propio Dominique. "He escuchado cosas inaudibles, inaceptables. Sabía a lo que me exponía cuando decidí que el juicio no se hiciera a puerta cerrada", ha agregado.
La declaración de la víctima ha girado en todo momento en qué parte de responsabilidad tiene su exmarido sobre las violaciones y qué parte el resto de hombres sentados en el banquillo, algo a lo que no ha querido entrar. "Para mí todos son culpables, corresponde al tribunal condenarlos o no", ha aseverado sin querer extenderse más. Algo que también ha hecho cuando le han preguntado si cree que Dominique Pélicot abusó también de su hija Caroline Darian, como insinuó su hijo mayor este lunes, algo a lo que se ha negado a contestar provocando que esta abandonara la sala. "Toda la familia es víctima de este juicio", ha señalado.
Espero que la sociedad, machista, abra los ojos y cambie su mirada sobre la violación
Gisèle ha dicho en repetidas ocasiones que decidió que las audiencias fueran públicas para que "la vergüenza cambiara de bando" y este martes ha insistido en que espera que "la sociedad, machista, abra los ojos y cambie su mirada sobre la violación". Además, sobre el comportamiento de su marido, ha considerado que tenía una gran frustración sexual, pero como sabía que ella no iba a aceptar participar en clubes de intercambios de pareja, optó por drogarla "para hacer lo que quería" con ella.