Culpables de asesinato con alevosía. Tres de los cinco acusados por el crimen de Samuel Luiz se han enfrentado hoy a la larguísima lectura del veredicto unánime del jurado que encuentra a Diego Montaña Marzoa, Alejandro Freire (Yumba) y Kaio Amaral culpables de la muerte de Samuel, el joven enfermero molido a palos en la acera de Riazor el 3 de julio del 2021.
El jurado consideró probada, además, la homofobia por la “animadversión” de Diego Montaña hacia los homosexuales. que fue la condición sexual del chico -al que no conocía de nada- la que desencadenó "una agresión tan violenta hacia Samuel", leyó el jurado portavoz.
El veredicto también arrastra a Alejandro Míguez, el único de los cuatro acusados varones que no estaba en prisión, como cómplice de asesinato porque “no se desparó del núcleo de la agresión” aunque no queda acreditado que lo golpease, y absuelve, en cambio, por unanimidad, a Katy Silva, -exnovia de Diego Montaña- de todos los cargos.
“Katherine, póngase de pie. Queda absuelta y así lo haremos constar en la sentencia”, la presidenta-magistrada. La amiga de Samuel la había acusado de empujarla e impedir que ayudase a su amigo y la fiscalía la consideraba coautora.
Ella, la única chica en el banquillo, fue la otra cara de la moneda de un veredicto que tres de los acusados -Diego, Yumba y Míguez- recibieron tan inmóviles, cabizbajos o inexpresivos como habían capeado prácticamente todo el juicio, salvo cuando tomaron la palabra- mientras que fue un mazazo para Kaio Amaral.
El jurado, a grandes rasgos, ha tomado buena nota de las pruebas testificales, de las grabaciones de seguridad, de la cronología policial y no ha dado pábulo a las defensas de los acusados, que eludían su participación directa—en el caso de Kaio Amaral o Míguez— ni a los atenuantes de drogas y alcohol esgrimidos por Diego Montaña y Alejandro Freire, que sí reconocieron ante el jurado haber golpeado y sujetado a la víctima.
Ataque gratuito, brutal y cobarde
Fue “un ataque gratuito, grupal, brutal y extremadamente cobarde sin arrepentimiento efectivo”, relató hoy la fiscal, Olga Serrano, en la misma línea implacable que ha mantenido a lo largo de todo un mes de juicio -con más de 80 testigos y peritos- buscando la máxima condena para los cinco como coautores de la muerte de Samuel, que definió como una “cacería inhumana”.
Pedía para los acusados penas que van de los 22 a los 27 años de prisión por asesinato con ensañamiento, el agravante de discriminación para Diego M y el de robo con violencia para Kaio Amaral.
Tanto la acusación particular (familia Luiz) como la popular (Alas-LGTBI A Coruña) se sumaron a las propuestas de la fiscal, salvo por la responsabilidad civil -conjunta y solidaria para los culpables- que la familia pidió elevar a 263.284,27 euros y 40.000 para el padre de Samuel, incapacitado tras el asesinato de su hijo.
La deliberación más larga
Cinco días de encierro en un hotel coruñés hasta llegar a un acuerdo tras un mes de juicio. Por ese periplo han pasado desde la tarde del lunes 18 los nueve jurados -seis mujeres y tres hombres- que han tenido que discutir y argumentar las 115 preguntas del objeto de un veredicto extenso y complejo para determinar el grado de culpabilidad de cada uno de los cinco acusados del asesinato de Samuel Luiz. Una deliberación que supera, en Galicia, la que siguió al juicio del caso Asunta y que condenó a padre y madre.
Tal era la extensión, que la lectura se prolongó durante hora entre las 13:17 y las 14:16 en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de A Coruña, llena hasta los topes un domingo en la cobertura mediática de un caso que sacó a la calle a miles de personas en distintas manifestaciones promovidas desde los colectivos LGTBI clamando justicia para Samuel en un crimen que entendían como homófobo por su crueldad y violencia gratuita.
"Se lo merecía por maricón"
Tanto Diego Montaña como Alejandro Freire tenían el rol más complicado ante el jurado ya que ellos mismos admitieron que habían golpeado y sujetado a Samuel, tal y como recogen las cámaras y como corroboraron varios testigos.
La agresión la inició Diego Montaña, tras ser expulsado del pub El Andén en que el que había estado bebiendo whisky con Red Bull durante horas con su pandilla en un reservado. Confundió una videollamada de Samuel con una grabación y se lanzó a por él entre gritos de “puto maricón” y “maricón de mierda”.
Al linchamiento pronto se sumó, sin mediar palabra, su amigo Alejandro Freire, alias Yumba, abatiendo y sujetando a Samuel por detrás en una maniobra conocida como el mataleón que dejó su marca en el cuello de la víctima.
El chico, cogido por sorpresa, quedó indefenso a merced de sus agresores en un brutal “todos contra uno” al que pronto se sumaron otros dos menores -Marco F.O y David R.V- ya condenados por asesinato el 30 de marzo del 2022 y que cumplen tres años y medio de internamiento en “reeducación”. Apenas unos meses de diferencia en el DNI les "ahorraron" ser juzgados como adultos -como el resto de sus amigos- que ahora enfrentan penas de 25 años. Durante su declaración como testigos, los dos siguieron la misma estrategia de no recordar apenas nada pese a ya haber admitido su culpa en una sentencia del 30 de marzo del 2022.
"Se lo merecía por maricón": los dos menores condenados por asesinar a Samuel Luiz "no recuerdan nada"
L. Bustabad. A CoruñaUna patada y un cómplice
El caso de Kaio Amaral era el más complejo para el jurado ya que lloró y negó siempre su participación. La única patada que se le presume no quedó registrada por las cámaras pero los investigadores lo sitúan en el ajo con el resto del grupo. Fue el primero en romper el pacto de silencio de la pandilla al acudir a comisaría para dar su versión de los hechos. Mintió y la policía terminó por arrestarlo y ha pasado los tres últimos años en prisión provisional.
Aspiraba a la absolución por el asesinato y el veredicto de hoy terminó por derrumbarlo. Amaral pasó gran parte de la lectura con la cabeza enterrada entre los brazos. En su caso, el jurado alcanzó una mayoría suficiente pero no unánime y ha sido el primero en manifestar que recurrirá la sentencia donde a la pena por asesinato suma la de robo (del Iphone de Samuel): 27 años en total.
El cuarto acusado, Alejandro Míguez, fue encontrado cómplice del asesinato. Estaba en libertad con cargos -al igual que Katy Silva- pero ahora enfrenta una condena de 14 años. El jurado considera probado que no se separó del grupo agresor en una muerte que fue producto de "la suma de todos los golpes, principalmente en la cara y en la cabeza", de acuerdo al informe forense y como hoy recordó una y otra vez el jurado. “Para Míguez, su presencia en el grupo es condena y para Katy es absolución”, objetó su letrado dejando clara su disconformidad.
3 de julio del 2021 en Riazor
Noche del 3 de julio del 2021. Primera noche de apertura libre del ocio nocturno tras una larga pandemia.
Cinco jóvenes de -entonces- 19 a 22 años, y dos menores -ya condenados por asesinato- enredados en la muerte a palos de Samuel Luiz, joven enfermero de 24 años, en pleno paseo marítimo de Riazor.
¿El motivo? La nada. El absurdo. Una simple confusión. Diego Montaña inició una pelea contra Samuel Luiz porque confundió una videollamada del joven y su amiga Lina con una grabación. Tanto se ofuscó Montaña que la emprendió a golpes contra un joven menudo que no tuvo posibilidad de defenderse.
Seis minutos duró el linchamiento en pleno paseo marítimo de Riazor, a la vista de otros jóvenes que hicieron corrillo y al que pronto se sumó la pandilla de Montaña cebándose contra el chico con puñetazos y patadas en la cara y el cabeza, tal y como expuso el forense, hasta que el joven yacía inconsciente en la acera en muerte cerebral. Su corazón se paró seis veces esa noche y aunque llegó al hospital con un hilo de vida falleció poco después.
"Cazaron y mataron por diversión": el duro alegato de la fiscal cierra el juicio por la muerte de Samuel Luiz
L. Bustabad. A Coruña
Tan solo dos jóvenes senegaleses, inmigrantes sin papeles, Ibrahima y Magatte, trataron de auxiliarlo y ponerlo a salvo. Su testimonio ha sido clave para describir la crueldad de una agresión mortal que acabó con la vida de Samuel y arrastró a su familia a un pozo de tristeza e incapacidad.
Tras la lectura del veredicto, las defensas de los cuatro condenados han pedido rebajar al mínimo las penas: 7 para Míguez, 15 años para Kaio y 20 para Freire y Montaña.
Ha sido uno de los juicios por asesinato más mediáticos de los últimos años, no solo por la expectación y el número de medios acreditados en la Audiencia provincial de A Coruña. Tras la lectura del veredicto, las defensas de los cuatro condenados han pedido rebajar al mínimo las penas: 7 para Míguez, 15 años para Kaio y 20 para Freire y Montaña.
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