El actor puertorriqueño replicó a la perfección su interpretación de Gomez en las dos películas de Barry Sonnenfeld.
Puede que algunos fanáticos de Anthony Hopkins recuerden que el actor británico recibió una oferta para interpretar a Tío Fétido en la famosa película La familia Addams (1991), pero rechazó el papel para así poder dar vida al terrorífico protagonista de El silencio de los corderos (1991).
Curiosamente, una de las principales estrellas de aquella comedia de terror de Barry Sonnenfeld, el actor Raúl Juliá que convirtió al patriarca Gomez Addams en un icono, iba a interpretar en un principio al caballero Don Diego de la Vega en La máscara del Zorro (1998), pero falleció antes de poder aceptar el papel, que fue a parar a manos de Hopkins.
Aunque no llegara a ser tan prolífico como el interfecto, Juliá cosechó varios éxitos en el terreno profesional. Nacido en marzo de 1940 en San Juan de Puerto Rico, nuestro protagonista era hijo de un restaurador de éxito que, al parecer, introdujo la pizza en la isla, y una cantante que acogía en casa a niños abandonados.
Después de licenciarse en Humanidades, el puertorriqueño empezó a trabajar como actor al tiempo que actuaba en un club nocturno. Y en 1964 se trasladó a Nueva York, donde pronto le ofrecieron actuar en una versión en español de la comedia calderoniana La vida es sueño.
Sin embargo, a Juliá le resultó algo difícil encontrar papeles, en parte, debido al prejuicio estadounidense que aparta a los actores latinos con acento de los papeles "blancos". Su suerte cambió cuando conoció a Joseph Papp, productor del New York Shakespeare Festival, del que Juliá llegó a ser uno de los principales actores —en obras como Otelo o Macbeth—.
Joseph Papp le decía: "Haz Shakespeare con tu propia entonación, con tu propio sabor, no intentes usar acento británico". "Así que Raúl tuvo suerte de contar con los mentores que tuvo", comentó luego su segunda esposa, la bailarina y actriz judía Merel Poloway.
Las películas de Raúl Juliá
De vez en cuando, Juliá aparcaba brevemente su carrera teatral para trabajar en largometrajes. Uno de los que más satisfacciones le brindó fue el drama carcelario El beso de la mujer araña (1985), adaptación al cine de la famosa novela de Manuel Puig sobre la relación entre dos presos en su celda en una prisión sudamericana. Juliá encarnaba aquí a un atormentado revolucionario de izquierdas que se hace amigo de un homosexual encarcelado por seducir a un menor al que interpretó William Hurt, ganador de un premio Oscar por este trabajo.
"Me encanta actuar porque me encanta comunicarme con el público. Es difícil explicar lo que se siente en esa experiencia (hacer reír o llorar a la gente, conmoverla o inspirarla), pero es única. Te conviertes en uno con ellos", confesó Juliá en una entrevista concedida en 1985, justo tres años antes de rodar el biopic Onassis: el hombre más rico del mundo, donde se metía en la piel del famoso millonario y armador griego.
A principios de los noventa encarnó al abogado que defendía al personaje interpretado por Harrison Ford en el thriller Presunto inocente (1990), y también se puso a las órdenes de Clint Eastwood en esa aventura policial fallida titulada El principiante (1990). Pero su salto definitivo a la fama llegó gracias a su papel de Gómez Addams, el cabeza de familia de La familia Addams. Después del estreno de este divertido revival, los niños solían reconocer a menudo por la calle al actor, algo que a él siempre le arrancaba una sonrisa.
Compromiso y activismo
Hombre de fuertes convicciones humanistas, Juliá participó activamente en causas sociales como The Hunger Project (THP), que hoy lleva ya varias décadas luchando contra la pobreza y el hambre en el mundo. Su nivel de compromiso fue tal que, al menos según su esposa Merel, ayunó el día 14 de cada mes desde 1977 hasta 1994: "Ayunaba todos los meses como expresión de su compromiso para acabar con el hambre en el planeta. Y lo hacía aunque tuviera dos espectáculos en un día".
Pero es que, además, Juliá llegó a elegir papeles por su contenido político. Así pasó por ejemplo en el caso de Romero, el santo del pueblo (1989), un filme de protesta social que narra la historia del sacerdote católico salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por defender a los campesinos pobres y denunciar en sus homilías dominicales montones de violaciones de los derechos humanos.
Durante años, el actor vivió feliz junto a su mujer y sus dos hijos (Raúl Sigmund y Benjamín Rafael) en un apartamento del Upper West Side de Manhattan. Y, según algunos allegados, jamás perdi?... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}