‘Todo gesto de homosexualidad es visto como una traición a los hombres’


         ‘Todo gesto de homosexualidad es visto como una traición a los hombres’

Entrevistamos a Enzo Maqueira, el autor de la novela ‘Higiene sexual del soltero’

"Deconstrucción" todavía no ha sido elegida palabra del año -la decisión que toma en diciembre la Fundación del Español Urgente-, pero bien podría ser una de las candidatas de 2024.

El cambio no solo se busca a nivel social, sino que vamos adquiriendo la conciencia colectiva de la grandísima importancia que tiene empezar esa transformación desde nosotros mismos.

Y, sobre este cuestionamiento, trata la novela del escritor Enzo Maqueira, Higiene sexual del soltero (Tusquets Editores, 2023).

El libro, basado en una obra con el mismo título que encontró en la biblioteca de su abuelo, se convirtió en su primera fuente de educación sexual, un punto de partida perfecto para revisar sus preceptos, ya que fue escrito hace más de 100 años.

Quizás por eso, el ejercicio de mantener el título, pero darle un giro a todo el contenido, convirtiendo su obra de ficción en un manual para hombres 2.0, se convierte en el símbolo de rebelión ante aquellas obsoletas ideas.

Enzo narra a través de Junior, el protagonista de la historia, una serie de experiencias y aprendizajes sobre la religión, la familia, la camaradería o la sexualidad que es difícil que no nos resuenen.

¿Cuáles dirías que son las principales bases o dogmas que se os inculcan a los hombres y que has desmenuzado en el libro?

En el libro se remarca una "santísima trinidad" de los hombres, sobre todo en sus años de formación, que tiene que ver con la necesidad de que se muestren aptos para los deportes, para las mujeres y para los puñetazos. En un sentido más conceptual, esto se relaciona con la obligación de ser fuertes y vigorosos (también, exitosos); de comportarnos como máquinas sexuales siempre preparados para la acción; de reprimir las emociones que nos muestran frágiles (crecemos escuchando que "los hombres no lloran") y, en cambio, exacerbar nuestra ira: la única emoción que tenemos permitida.

En entrevistas has comentado que, sobre todo, es un libro para que lectoras conozcan la educación que han tenido los hombres dentro del patriarcado, pero ¿cómo hacer que lean tu libro los hombres?

Desde pequeños a los hombres se nos obliga a reprimir todas las emociones que nos muestren frágiles. No hace falta que pase mucho tiempo de esa represión para que ni siquiera seamos capaces de reconocer nuestra fragilidad. Estamos desconectados de nuestras emociones, y esa desconexión hace que nos cueste mucho entender qué nos pasa y por qué nos pasa.

Desde pequeños a los hombres se nos obliga a reprimir todas las emociones que nos muestren frágiles

¿De dónde crees que viene esa resistencia cuando sería algo muy necesario para ellos?

Nos vendieron un patrón de masculinidad que nos devuelve una imagen simple de nosotros: es una idea falaz, pero es lo que compramos. Suponemos que las cosas están bien como están, y que entonces no es necesario hacer ningún cambio. Claro, tenemos los privilegios. El problema reside en que esos privilegios tienen un costo: ser un macho alfa supone vivir sumergido en la soledad, no poder comunicar lo que nos pasa, suponernos invencibles. No es fácil, para hombres que ni siquiera pueden conectar con lo que sienten (porque se les enseñó a desconectarse desde chicos), descubrir de pronto que aquello que consideraban parte de su esencia no era más que un disfraz impuesto en nombre del mismo patriarcado que nos convierte en amos y señores, pero nos condena a vivir en tensión constante por preservar ese lugar que se nos asigna.

La plasticidad de la sexualidad del protagonista es algo que transcurre con varios giros durante la novela, ¿cuánto hay de vivencia personal y de 'resetearte' a ti mismo los mandatos de la heteronorma?

Fui heterosexual toda la vida, pero en los últimos años, observando a muchas mujeres y a su revolución feminista, vi que ellas se permitían explorar otras posibilidades y me pregunté: ¿por qué los hombres heterosexuales no podemos hacerlo también? ¿Qué nos impide acercarnos al mismo sexo? En principio, el patriarcado nos hace ver a otros hombres como rivales. Además, todo gesto de homosexualidad es visto como una traición al género. Y por último, abrirse a otro hombre significa mostrarse vulnerable. Me parecieron razones suficientes para buscar trazar mi propio camino e ir en contra de esos mandatos. No sé si fue un reseteo, pero hubo una voluntad de sacudirme los patrones de masculinidad de encima por la vía del sexo. Primero, abandonando el falocentrismo, siendo yo el que se entrega a la mujer; luego, animándome a cruzar esa línea que me separaba de otros hombres. Hoy ya no me puedo considerar heterosexual, ni homosexual, ni me animaría a ponerme ninguna etiqueta. Soy un ser sexual y eso es todo lo que necesito saber, y que el sexo puede ser una puerta hacia entender de... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}

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