James Watkins acaba de estrenar un remake de 'Speak No Evil', película de terror danesa que dio mucho que hablar hace un par de años, encendiendo la avaricia de Blumhouse.
En solo una semana No hables con extraños ya ha recuperado la inversión de Blumhouse. Es lo bueno que tiene el cine de terror: apenas costó 15 millones de dólares, y lleva ganados mundialmente 24 millones. Teniendo además críticas más que decentes, lo que en primera instancia sorprendió por la jugada tan trapacera que apuntaba a ser: es un remake de una producción danesa estrenada hace unos escasos dos años, a cargo de Christian Tafdrup. Y no obstante la recepción ha sido buena, si bien un tema central de conversación ha sido lo radicalmente que cambia el desenlace de la versión original.
En lugar del tercer acto desolador y lleno de impotencia que exhibía Speak No Evil, No hables con extraños opta por una larga secuencia de acción que cambia sustancialmente el destino de los protagonistas. Es lo que ha provocado acusaciones de que James Watkins (director de la nueva versión) habría dulcificado el final. Watkins, por su parte, ya ha salido a defenderlo, e incluso aseguró que contaba con toda la confianza de Tafdrup al haber incluso utilizado este como referencia un film previo de Watkins, Eden Lake. Por lo que respecta a Tafdrup, y aunque esto fuera efectivamente así, no parece que le haya gustado demasiado la película.
El director de Speak No Evil ha sido entrevistado recientemente en el programa de radio danés Kulturen. Ahí ha indagado en las connotaciones del cambio de final en No hables con extraños, sobre lo ilustrativo que es de las costumbres hollywoodienses. “No sé qué le pasa a los estadounidenses pero están educados para una historia heroica, en la que el bien debe vencer al mal, y esta versión de la película cultiva eso”, comenta. La nueva versión de Speak No Evil no le ha impresionado, en resumen, y cree que todos estos cambios (reducidos en su mayoría al citado tercer acto) la hacen “menos peligrosa”. Más aséptica.
“Cuando la vi ayer entendí que nunca tendrían éxito con una película donde los personajes mueren lapidados, como en la nuestra”, prosigue. “En la versión estadounidense estas personas deben luchar por su familia y derrotar a los malos. Es una especie de final feliz, y está muy metido en su cultura de que Estados Unidos debe poder con todo”. Tafdrup argumenta en este sentido las reacciones que observó en el público de su sala. Los espectadores salieron de ver No hables con extraños “completamente entusiasmado, aplaudiendo, riendo y chillando”.
“Era como estar en un concierto de rock”, se lamentaba Tafdrup, recordando en su lugar de Speak No Evil que “la gente salía traumatizada de mi película”. Esta versión con el protagonismo de James McAvoy y Mackenzie Davis parece, en resumen, mucho más satisfactoria de ver. Lo que para este realizador europeo dista de ser una buena noticia.
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