Ecologistas en Acción ha tildado de “insostenible” el cultivo de frutas tropicales como aguacates o mangos en Andalucía, asegurando que conduce al colapso hídrico, ya que no hay agua suficiente para abastecerlos y garantizar, además, el consumo humano
Hace 30 años prácticamente nadie comía aguacates en España, salvo en Canarias, donde siempre ha sido un alimento tradicional. Pero en los últimos tiempos sufrimos una auténtica "aguacatefilia". Su cultivo se ha disparado en las provincias de Málaga y Granada, convirtiéndose en ingrediente fundamental de los desayunos más fotogénicos y las ensaladas más ilustradas.
Tienen fama de saludables, de superalimento, pues sus ácidos grasos monoinsaturados nos ayudan a reducir el colesterol, pero para el medio ambiente son bastante insalubres, según denuncia Ecologistas en Acción en la segunda edición de su informe “El verdadero precio de los alimentos”, que incluye un capítulo sobre los impactos del cultivo del aguacate en Andalucía.
Un cultivo insostenible pero muy rentable
Ecologistas en Acción ha tildado de “insostenible” el cultivo de frutas tropicales como aguacates o mangos en Andalucía, asegurando que conduce al colapso hídrico, ya que no hay agua suficiente para abastecerlos y garantizar, además, el consumo humano.
“El panorama actual es insostenible desde el punto de vista hídrico. Se tiene que detener el expansionismo del regadío”, ha subrayado en rueda de prensa el biólogo y presidente de GENA-Ecologistas en Acción, Rafael Yus.
Según el informe ecologista, el modelo agrario “hiperintensivo” de aguacate que se ha instalado durante los últimos 15 años en Málaga y Granada provoca graves impactos socioambientales, "en particular el agotamiento de los recursos hídricos y la degradación y erosión de los suelos, así como la destrucción de un modelo agrario basado en explotaciones familiares cada vez más dependientes o supeditadas a la influencia de la entrada de fondos de inversión en la agricultura".
Regadío ilegal muy rentable
Según datos de Ecologistas en Acción, entre el 30 % y el 40 % de la superficie total de regadío de 12.989,96 hectáreas en 2017 en la comarca de la Axarquía eran plantaciones ilegales. "Unas plantaciones que sobrepasaban por encima de los 140 metros la superficie del Plan Guaro gracias a la profusión de pozos abiertos clandestinamente y la reventa de aguas por parte de comunidades de regantes", denuncian en su informe.
La superficie de regadío ha seguido creciendo, incluso en plena sequía, de modo que ronda actualmente las 15.000 hectáreas, según declaraciones oficiales de la Junta de Andalucía. Algo que ha favorecido la expansión del aguacate, cuya superficie ha aumentado un 30 % en España desde 2018.
Al mismo tiempo, el incremento del precio a un euro/kilo de aguacate que se produjo en las campañas 2010/2011 ha continuado al alza, alcanzando un máximo de 2,75 euros/kilo en la campaña 2020/2021, una rentabilidad en alza que ha justificado un aumento de la superficie de cultivo.
Cada aguacate consume más de 350 litros de agua
Durante los últimos 50 años se ha observado una expansión en Andalucía de los cultivos tropicales, especialmente en la comarca de la Axarquía en la provincia de Málaga. Pero fue a partir de la crisis financiera de 2008 cuando muchas tierras y cultivos de secano de esta comarca fueron revalorizadas para el cultivo de aguacates y mango, dada el buen precio, alta demanda y buena comercialización en Europa. Francia, seguida de los Países Bajos y Alemania, son los países que encabezan la lista de países importadores de aguacates.
Respecto a los requerimientos para el cultivo del aguacate, el informe de Ecologistas en Acción muestra cómo los estudios sobre la huella hídrica del aguacate han demostrado que se necesitan 350,50 litros de agua de riego para producir un fruto con un peso medio de 350 gramos.
Así, mientras que las temperaturas de la costa tropical española son idóneas para este tipo de cultivos, las reducidas precipitaciones no se ajustan a las necesidades de riego de los cultivos subtropicales. Si, con suerte, caen entre 4000-6000m3/ha de lluvia, ya se entra en un déficit importante. Esto se ve agravado por la crisis climática.
Los aguacates son ambientalmente muy caros
Para la organización ecologista, la producción del aguacate tiene, por tanto, un precio ambiental excesivamente alto: “El elevado consumo de agua para el riego del aguacate, combinado con olas de calor, mayor evapotranspiración y periodos de sequía recurrentes, conduce a una gran sobreexplotación de los recursos hídricos, afectando drásticamente a los ecosistemas fluviales y humedales costeros, así como a los acuíferos, salinizados por la entrada de agua de mar. Además, el agotamiento de los recursos hídricos está afectando el suministro público de ... {getToc} $title={Tabla de Contenidos}