Cada vez que se publica un informe relativo a la educación, España se echa las manos a la cabeza. Los datos copan titulares y los padres tienen algo de que hablar durante semanas en la puerta del colegio. En función de los resultados presentados, los políticos aprovechan la ocasión para echar pestes a la oposición o colgarse la medalla. Toman dicho análisis al pie de la letra, a pesar, por ejemplo, del propio margen de error estadístico del que advierte PISA cada año. En el último número publicado en 2023, el país obtuvo los peores datos de su historia en materias como Matemáticas o Lengua Castellana.
Sin embargo, Castilla y León se situaba a la cabeza de la nación. De repente, los niños castellanoleoneses eran muchísimo más listos que los andaluces o ceutíes. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, presumió de tener "la mejor educación de España" y una de las "mejores del mundo". Por su parte, la ministra de Educación, Pilar Alegría, reconoció que el Gobierno no estaba "satisfecho" con el resultado. Y aseguró que parte de la culpa radicaba, también, en los anteriores gobiernos del Partido Popular. La oposición, en cambio, recalcó en que la puesta en marcha de la LOMLOE había sido un fracaso para la educación española. Sorpresa: ni una cosa ni la otra.
El sociólogo Jesús Rogero (1997) y el maestro Daniel Turienzo (1987) decidieron sentarse, estudiar, leer y escribir sobre este tema. Ambos expertos son los autores de Educafake, 50 mentiras y medias verdades sobre la educación española (Capitán Swing), que salió a la venta el pasado 9 de septiembre. En él, hacen un repaso de medio centenar de mitos sobre la educación española que han calado en sociedad. Y la idea de que todo es culpa de los políticos de turno les parece "simplista", "falaz" e "interesada". Pero, si no es posible señalar a sus señorías, ¿entonces a quién? Para ellos, existen tres motivos principales para no tomar la afirmación de la responsabilidad política como sentencia.
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Los indicadores
Más allá del resultado en bruto del sistema educativo, existen multitud de factores que se escapan de los análisis. El tejido productivo (a más trabajo que requiera empleos cualificados, más probabilidad de que la ciudadanía estudie), el abandono escolar, la historia familiar… Por ejemplo, el estudio del abandono escolar está muy relacionado con la formación de la población adulta. Es decir, que el nivel de estudios que tengan los más mayores, repercutirá en el futuro de los más pequeños. "La formación es acumulativa. La generación con formación superior le están transmitiendo eso a sus hijos", continúa. Para Turienzo, la formación actual de los adultos no es algo que se pueda controlar en el momento. "Parte de su evolución escapa a sus posibilidades de intervención", escriben.
El estrecho vínculo entre los adultos formados y el abandono temprano se ejemplifica con datos. Este solo ha disminuido desde 2005. En aquel año, la salida del sistema educativo temprano rondaba el 32%, hoy esa cifra se limita a un 12%.
Lo mismo ocurre con los adultos formados. El último informe compartido por el Ministerio de Educación —Panorama de la educación 2023. Indicadores de la OCDE. Informe español— revela que el porcentaje de población adulta española, de 25 a 64 años, que no llegó a secundaria, ha pasado del 45,3 % en 2012 al 35,8 % en 2022.
"Las familias cada vez tienen más formación general. Este es un ejemplo de cómo los resultados educativos no dependen solo del sistema educativo, sino de lo que sucede en la sociedad", relata a este diario. De ahí, la explicación del docente sobre la importancia de "los libros que tengan tus padres en casa". No por la presencia de objetos materiales en sí, sino de "la accesibilidad a la lectura".
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Esta tesis también la sostiene el Mapa del abandono Educativo Temprano en España de la Fundación Sociedad y Educación, con datos de 2021. En este, explican que la decisión de realizar estudios "postobligatorios se ve influenciada en buena medida por el trasfondo cultural y social del hogar, con un impacto sustancial del nivel educativo de los padres sobre la demanda de escolarización".
El tiempo
La caída del rendimiento, detectada en algunas regiones de España, se atribuyó a la puesta en marcha de la Ley LOMLOE, también conocida como ley Celáa. Lo cierto es que dicha norma ni siquiera se aplicó en todas las Comunidades Autónomas a la vez; tampoco en todos los cursos. "Los datos no son inmediatos", insiste Turienzo. No solo hay que esperar a que se ponga en marcha, sino a que surta efecto. El proceso puede durar años.
El Informe PISA, claro, juega un papel importante. La experta en políticas educativas globales y profesora de la Universidad de Columbia, Gita Steiner-Khamsi, detalló en una entrevista en la Universitat Autónoma de Barcelona que los resultados de este informe pueden repercutir en las políticas a posterior. "Algunos lo usan para generar presión para la reforma, otros para movilizar más recursos y más apoyo para la educación"; como pasó, por ejemplo, en Alemania, donde aumentó sustancialmente la presión por analizar los agujeros del sistema educativo para tratar de remediarlos.
Más competencias autonómicas
La principal competencia educativa en España corre a cargo del Gobierno central. Es desde el Ejecutivo de la nación desde donde se desarrollan las grandes normas educativas, como la ya famosa Ley LOMLOE. La aplicación tangible, no obstante, corre a cargo de las propias Comunidades Autónomas. "Yo defiendo que es una responsabilidad compartida entre el Gobierno y las regiones, pero me atrevería a decir que son las comunidades las que más impacto tienen. Definen una parte importante del currículum y deciden financiar la educación en mayor o menor medida", señala Rogero.
Además, también existen diferentes modelos o técnicas en los centros. Rafael Feito, doctor en Sociología de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid, pone de referencia el colegio Trabenco de Leganés, pionero en la región por su modalidad educativa sin libros de texto. ¿El problema? Que no todos los docentes estarán especializados en impartir materias sin dicha guía. Para el doctor, el elefante en la habitación de la educación en España es "sistémico".
El académico considera que sí existe responsabilidad política, pero también del modus operandi de acceso a la carrera de magisterio. Desde su punto de vista, la selección debería ser más meticulosa. "Se forman a muchos profesores, pero no todos son buenos docentes", explica.
Con todo, la educación va mucho más allá de lo estudiado en un centro escolar. La idea de los libros en casa o el acceso a internet juega un papel importante, pero también el sistema cultural que rodea al estudiante. Y sea como fuere, en España sigue siendo rentable estudiar.
Feito reflexiona que "hemos aprendido la lección del ladrillo", refiriéndose a aquella época dorada de la construcción española, cuando miles de personas rehuyeron del colegio para lanzarse al mercado laboral. "Hoy en día, para tener ciertas perspectivas de integrarse en el mundo laboral, se necesita o Bachillerato o un grado medio".
En España, y según el informe de la OCDE, un 61,2% de los jóvenes de entre 18 y 24 años están estudiando. Un 21,6% no, pero sí se encuentra empleada. Y un 17,2% ni tiene trabajo ni se está formando. "Sí", continúa el autor del libro, "en España es rentable estudiar. Hay ganancias salariales ligadas a los estudios, pero es cierto que esa plusvalía está más asociada a unas carreras que a otras".
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