"Soy un collie border puro. Por favor, ¡adópteme!". Con anuncios como este, acompañados de la foto de un perrito y difundidos en redes sociales, un grupo de presuntos estafadores captaban a sus víctimas. Negociaban con sus víctimas la venta de una mascota por Internet y después de uno o varios pagos desaparecían del mapa. Nunca llegaban a hacer el envío y en el camino se llevaron supuestamente miles de euros en seis comunidades distintas. Se hicieron con la suya hasta que la Guardia Civil les empezó a seguir la pista. En la Operación Dog Fake han resultado detenidas siete personas, tres hombres y cuatro mujeres, todos en la veintena de edad. Hay hasta nueve miembros identificados en esta trama de compraventa fraudulenta de animales, de la que ha informado la Benemérita de Navarra.
Los detenidos son todos de Vizcaya, en el País Vasco. Pero todavía hay dos presuntos implicados –un hombre y una mujer– en paradero desconocido. Sobre estos últimos pesa una orden de búsqueda y captura del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Aoiz, en Navarra, que lleva la causa. Ambos cuentan con antecedentes por otros delitos similares. En este caso, se les acusa de hasta tres tipos de infracción: siete delitos de estafa, uno de blanqueo de capitales y otro por pertenencia a un grupo criminal.
¿De dónde sacaban los animales? "En realidad, ninguno existía", explican fuentes de la investigación. Llevaban detrás de ellos desde hacía un año y medio. En mayo de 2022 llegó la primera señal de alarma.
El día 15 de ese mes se presentó una denuncia ante la Guardia Civil de Sangüesa, un municipio de 5.000 habitantes. El denunciante era un ciudadano que aseguraba haber sido víctima de una estafa al intentar comprar un cachorro de Dogo Argentino. Es una raza de perros de presa, que trató de adquirir a través de una web especializada. Pero le habían tendido una trampa. El modus operandi era el siguiente: tras contactar con el vendedor, este le pedía una primera transferencia de 260 euros para adquirir el animal. Cuando la realizaba, se le pedía otro pago adicional de 1.200 para alquilar una jaula con la que transportarlo hasta su domicilio. Las cifras iban subiendo.
Pero el cliente empezó a sospechar cuando se le exigió un tercer ingreso, esta vez de 520 euros, para (en teoría) vacunar al perro. "Fue ahí cuando se negó", concretó el agente. En total, esta persona perdió hasta 1.860 euros fruto de la estafa. Nunca recibió el supuesto cachorro y tampoco pudo recuperar su dinero. Además de este primer denunciante, hubo seis casos más vinculados a esta trama: otros dos en Navarra (Pamplona y Lerín); en Nerja (Málaga); en Villalonga (Valencia); Castelldefels (Barcelona) y Albacete.
Con ayuda de mulas para sacar dinero
Encontrar a los presuntos estafadores no fue fácil. Los pagos se hacían desde el móvil a través de Bizum, pero cuando los investigadores tiraban de este hilo llegaban hasta cuentas bancarias que no pertenecían a ninguno de los nueve implicados. "Usaban 'mulas' para despistar", explicó a este periódico el portavoz de la Guardia Civil, refiriéndose a la práctica habitual de utilizar cuentas corrientes a nombres de terceros para despistar a la Justicia. Cuando sacaban el dinero, lo traspasaban a otro depósito.
"Al final hacíamos un seguimiento de las guías telefónicas para localizar a los autores materiales, que son los detenidos. Si alguien iba al cajero automático y accedía a una de estas cuentas le seguíamos para identificar a qué coche se subía, captar la matrícula y empezar a investigar", añadió el agente Pose. Este tipo de estafas son bastante habituales. En algunos casos, incluso han llegado a encontrarse animales muertos o dañados en las jaulas al interceptarse el envío: "A veces son los compradores quienes tienen que desplazarse a recoger a las mascotas, pero los vendedores nunca aparecen".
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