El pasado 25 de octubre, las cámaras de seguridad de Harrods, uno de los centros comerciales más exclusivos de Londres, detectaron la presencia de Margarita Valdés. La española, de 38 años y madre de cinco hijos, acababa de entrar en el país como turista, según informa el diario británico The Times.
La grabación muestra que Valdés cogió un bolso de Hermés, valorado en 2.500 euros, y salió del establecimiento sin pagarlo.
Tres días después, las cámaras de Harrods volvieron a detectar su presencia. En esta ocasión se puede ver a Valdés evitar al personal de seguridad mediante cambios repentinos de dirección. Su nuevo objetivo fue un bolso de Valentino de 3.000 euros. Con el botín a buen recaudo, Margarita regresó a España. Nadie en el control del aeropuerto le preguntó por la mercancía robada.
Había salido todo demasiado bien como para dejarlo ahí, de modo que Valdés elevó sus pretensiones. El 14 de marzo, la española volvió a volar a Londres con una pieza en mente: un bolso de Chanel valorado en 5.500 euros. Se trata de uno de los accesorios más caros que el centro comercial tiene en venta al público. La filmación de seguridad del establecimiento evidencia la destreza de la española, que fue capaz de desprotegerlo en mitad de una muchedumbre y salir con él sin inmutarse.
En tres viajes a Londres consiguió robar más de 25.000 euros en bolsos de lujo
Su segundo viaje acabó con otro golpe, algo más modesto: un bolso de Yves Saint Laurent de 3.000 euros. Valdés regresó de nuevo a España como si nada hubiera sucedido.
Detenida en mitad de la calle
Fue en su tercer ataque a Harrods, a principios de mayo, cuando se le complicaron las cosas a esta madre de familia numerosa. El día 10, Valdés volvió a dejarse ver en Harrods, esta vez centrada en la marca Gucci. Cogió un bolso y unas gafas de sol por valor de 7.000 euros, los desprotegió y se encaminó a la salida. Sin embargo, esta vez fue observada por uno de los guardias de seguridad, que le dio el alto mientras cruzaba la entrada.
Valdés apretó el paso por Brompton Road en dirección al museo de Victoria y Alberto, muy cercano a los grandes almacenes. Ignoró varias llamadas del personal de seguridad hasta que empezaron a correr y finalmente interceptaron a Valdés a las puertas del museo. Cuando la policía registró el bolso de la española, encontraron un pequeño alicate empleado para cortar cable y un desprotector electrónico. Este tipo de dispositivos, que se venden en cientos de páginas de internet, son versiones de los mismos que se usan en las tiendas para retirar la protección antirrobo.
Valdés fue enviada ante el juez Jeremy Brier, que la ha condenado a seis meses de prisión, de los cuales solo tres serán en completa privación de libertad. El juez ha valorado el comportamiento de la española, de la que destaca que "comprendió inmediatamente la gravedad de sus actos y los asumió por completo", además de "mostrar arrepentimiento" y "un comportamiento muy agradable en el juzgado".
No obstante, Brier considera un agravante que Valdés fuese equipada con herramientas para desproteger los bolsos y que reincidiese en tres ocasiones separadas en el tiempo. Si muestra buen comportamiento y todo va según lo indicado, Valdés podría estar de regreso en España junto a su familia para finales de año.
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