La investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat se retrasa. Ya no será este miércoles como quería el dirigente socialista, sino al día siguiente, porque la ronda de contactos no se iniciará hasta el martes. En paralelo, el independentismo se desmoviliza. La manifestación convocada a las ocho de la mañana a 500 metros del Parlament, en la Estación de Francia, ha sido desconvocada por los CDR una vez que se perdió el apoyo de la ANC, que el pasado domingo decidió desmarcase de una iniciativa exótica que ni el propio soberanismo entendía: una concentración a hora tan temprana un 5 de agosto parecía condenada al fracaso.
Si Carles Puigdemont quería reventar con su regreso la investidura de Illa tendrá que esperar. La razón es que ERC ha pedido más tiempo para que las JERC, su organización de juventudes, pueda celebrar este lunes un consejo extraordinario y debatir sobre si su diputada Mar Besses rompe la disciplina del grupo parlamentario de los republicanos. Va de un voto, así que el presidente del Parlament, Josep Rull, ha optado por celebrar la ronda de contactos el martes, cuando todo esté claro.
En teoría Besses ya ha pactado con el presidente del grupo parlamentario de ERC, Josep Maria Jové, que no saboteará la investidura que han pactado PSC, ERC y los comunes. Pero se quieren preservar las formas y dejar que las juventudes de la formación soberanista mantengan su reunión. En teoría, una formalidad.
Puigdemont, mientras, acecha con su regreso como último gesto para no pasar a la irrelevancia política. Forzar su detención es su baza para detener la investidura, alargarla y llevarla al límite: el 26 de agosto, el último día en que Salvador Illa puede ser elegido. El expresident y Junts plantean la llegada de Illa a la Generalitat como un drama porque no es independentista, porque no defenderá el catalán y porque no se enfrentará con Madrid.
Si Carles Puigdemont quería reventar con su regreso la investidura de Illa tendrá que esperar.
En el esquema moral en que JxCAT plantea el retorno, la detención de Puigdemont sería culpa de ERC, incluso lo detendrán los Mossos bajo el mando de un conseller de los republicanos, Joan Ignasi Elena. La formación también es considerada como el principal responsable de que Illa llegue al Palau de la Generalitat.
Repetir las elecciones
Además de culpabilizar a ERC, el objetivo de Puigdemont es intentar que Illa no sea investido y forzar así la repetición electoral, que en Cataluña debería ser el 13 de octubre. Con un Puigdemont que sería de nuevo cabeza de lista, pero que podría estar encarcelado. Un efecto victimizador que en teoría podría hacerle remontar en las encuestas, aunque no existe ninguna garantía de ello.
En todo caso, se considera que su vuelta solo servirá para desestabilizar la política catalana y española. Tanto que el diario Ara, que sería el equivalente a El País del independentismo, le pide a Puigdemont en su editorial de este domingo que no regrese. "Tendría un profundo efecto desestabilizador sobre la política catalana y española que también habría que calibrar, ya que el escenario de un Puigdemont encarcelado combinado con un gobierno del PP y Vox es ciertamente estremecedor. La política es el arte de saber aprovechar las oportunidades y coyunturas en beneficio del bien común. Y la realidad es la que es y no la que quisiéramos que fuera. Bajo estos parámetros, todo el mundo debe pensar muy bien los pasos que se deben dar".
Martes intenso
Mañana martes será un día intenso. Josep Rull abrirá la ronda de contactos con Salvador Illa a las nueve y media de la mañana. Media hora después será el turno del presidente de la Cámara catalana y la portavocía del grupo parlamentario de ERC, integrada por Josep Maria Jové y Marta Vilalta. Luego, a las once y media, les seguirá la líder de los comunes en el Parlament, Jéssica Albiach.
A las once de la mañana está previsto que Rull escuche las consideraciones de Junts, con el presidente y la portavoz del grupo de la formación, Albert Batet y Mònica Sales. Les seguirán, con reuniones de media hora cada una, Alejandro Fernández (PP), Ignacio Garriga (Vox) y Dani Cornellà (CUP). En cuanto a Silvia Orriols y Ramón Abad, de Aliança Catalana, se espera que se vean con Rull a las 13.00 hhoras.
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