La voz quebrada de Asell Sánchez, primo del niño de 11 años asesinado el domingo en Mocejón (Toledo), marcará otro hito en la nutrida antología de la infamia en las redes sociales. El periodista que actuaba como portavoz de la familia golpeada por la tragedia rompió a llorar el lunes ante los micrófonos de la Cope al relatar el acoso y las amenazas que estaba sufriendo por pedir que cesasen los bulos sobre el asesinato aventados por grupos ultras. De sembrar el veneno se habían encargado, entre otros, el inevitable Alvise Pérez y un destacado dirigente de Vox, que se apresuraron a vincular falsamente a extranjeros con la autoría del crimen. Desde hace semanas, la extrema derecha ha recrudecido su campaña de odio al inmigrante con la difusión de delitos cometidos por personas extranjeras, en muchas ocasiones puras patrañas.
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